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Violencia de Género: conceptos y herramientas imprescindibles para el psicoterapeuta

Desafortunadamente, la violencia de género es un tema de actualidad permanente.

Por ello, en ISFAP hemos decidido elaborar este completo artículo, en el que entramos en detalle a explicar los principales síntomas, consecuencias y herramientas, con las que cuenta un terapeuta profesional a la hora de abordar un caso de de violencia de género.

Comenzaremos por explicar qué es violencia de género y como diferenciarla de otros tipos de violencia, como la violencia doméstica.

Qué es Violencia de Género

¿Qué es Violencia de Género?

Hagamos una diferencia entre términos que se manejan habitualmente y que puede tender a confundir tanto a la población general como a los propios terapeutas.

La violencia doméstica hace referencia a aquella que se produce dentro del hogar, tanto del marido a su esposa, como de la madre a sus hijos, del nieto al abuelo, etc. Excluye aquellas relaciones de pareja en las que no hay convivencia.

En cambio, el concepto de violencia de género tiene que ver con “la violencia que se ejerce hacia las mujeres por el hecho de serlo”, e incluye tanto malos tratos de la pareja, como agresiones físicas o sexuales de extraños, mutilación genital, infanticidios femeninos, etc.

Así, en el Artículo 1 de la Declaración sobre la Eliminación de la Violencia contra la Mujer de Naciones Unidas en 1994 se señala que es “todo acto de violencia basado en la pertenencia al sexo femenino que tenga o pueda tener como resultado un daño o sufrimiento físico, sexual o psicológico para la mujer, inclusive las amenazas de tales actos, la coacción o la privación arbitraria de la libertad, tanto si se producen en la vida pública o privada”.

Algunos datos estadísticos

Cada año, de una manera u otra, física y psicológica, la violencia de género afecta de promedio al 13% de las mujeres en España.

Las consecuencias, esas con las que pagamos día a día, son demoledoras:

  • Casi la mitad de las mujeres que se han visto atravesadas por situaciones de maltrato derivan en depresión
  • Casi tres tercios de ellas van a sufrir trastorno postraumático, esto es, todos los días van a revivir escenas relacionadas y asociadas de esa violencia, ya de día, o ya de noche, en sueños.

Consecuencias de la violencia de género

Algunas de estas mujeres intentan dar “salida” a estas consecuencias a través de alcohol, el 18%, y/o de otras sustancias narcóticas – el 9% -. El resumen catastrófico es que cerca de un 25% han sufrido en alguna ocasión de su vida efectos de los que estamos hablando, y – horror – en la vieja Europa se aproxima al 35%.

Curiosamente, a pesar de nuestros mitos acerca de los países nórdicos, estos no son precisamente los que tienen menores tasas en relación a la violencia física contra las mujeres y más en concreto de las víctimas por violencia de género.

Jose Sanmartin, que fue Director del Reina Sofía para el estudio de la violencia. Señalaba que en los países nórdicos hay una mayor igualdad porque la educación es no sexista y llevan años en ello. A pesar de ello y al parecer por la aportación de sustancias como el alcohol – en los países nórdicos hay una gran tasa de alcohol – que aporta desinhibición y algunos hombres se desbordan, es entonces cuando ocurre esa tragedia, no ya de números, de muertes reales de mujeres. Ya en los primeros meses de 2016 son 10 las fallecidas , y en 2015 alcanzaron a 67 mujeres, cifras muy similares a los últimos años.

Todos estos datos indican que la violencia de género ni desaparece, ni cede.

Sanmartin apuntaba a que mientras no exista un cambio en el pensamiento cultural-social, no habrá chance para que esta situación quede alejada como realidad social actual.

Lo terrorífico es que a pesar de que existe una educación no sexista esto no impide que la eclosión de la barbarie, esa desinhibición apuntada por Sanmartin, se precipite y precipite al vacío de la muerte a mujeres.

Ciertamente la culpa no es del alcohol, sino en lo que habita dentro de algunos hombres.

Teoría del ciclo de la Violencia de género de Walter

El ciclo de la violencia es una teoría planteada por Leonore Walker en 1984 para explicar los mecanismos psicológicos que actúan en la aparición y/o mantenimiento del maltrato en la violencia generada contra las mujeres. Dicha teoría, hace una división en 3 fases que suelen ser cíclicas y que son claramente signos de violencia de género:

  • Primera fase – de acumulación de tensión o fase de tensión creciente: se observa una acumulación de cierta tensión y agresividad del hombre frente a la mujer que aumenta de forma progresiva. Al principio, esta tensión se descarga a través de comportamientos que no se dirigen directamente a la mujer. Sin embargo, posteriormente la violencia se dirige hacia la mujer observándose algunos insultos y demostraciones de hostilidad que van escalando hasta alcanzar un estado de máxima tensión. A través de estos comportamientos hostiles hacia la mujer, el agresor descarga su tensión, con lo cual este reforzamiento se ve reforzado (el malestar disminuye con esta conducta). Por su parte, la mujer justificará tales conductas con factores externos. La duración de esta etapa puede ser de días, semanas, meses o años.
  • Segunda fase – de descarga o de agresión aguda de la violencia: en esta fase se produce una descarga de las tensiones acumuladas, el hombre pierde el control castigando duramente a su pareja. Suele observarse en la víctima consecuencias físicas y psicológicas importantes. La mayoría de las mujeres víctimas, suelen paralizarse por el miedo y esto las bloquea a la hora de buscar ayuda (a menos que los daños producidos lo requieran urgentemente).
  • Tercera fase de arrepentimiento o fase de luna de miel: en esta fase se realiza una reparación del daño provocado, el agresor manifiesta a la víctima conductas de amor y amabilidad, realiza promesas de cambio; su actuación se dirige tanto a la propia víctima como a familiares y amigos para que convenzan a la víctima. La mujer cree en este prometido cambio por lo que se siente reforzada. Sin embargo, pasado un tiempo, comienza un nuevo ciclo de tensiones.

Trastornos psicosomáticos provocados por la violencia de género

Una de las consecuencias del despliegue de la violencia de género serán los trastornos psicosomáticos, manifestados en los siguientes síntomas:

  • Dolores de cabeza
  • Pérdida del apetito
  • Pérdida del cabello
  • Fatiga
  • Problemas intestinales
  • Problemas menstruales

Síntomas de violencia de género

Stress Postraumático

Como hemos indicado anteriormenrte, uno de los síntomas que se van a precipitar en la persona que sufre de la violencia de género será el denominado Trastorno por Estrés Postraumático. Se trata del síndrome psicológico más observado en víctimas de maltrato doméstico y/o agresiones sexuales.

Según el DSM-IV-TR, el estrés postraumático se caracteriza fundamentalmente por los siguientes síntomas:

  • Reexperimentar el acontecimiento traumático
  • Evitar persistentemente aquellos estímulos asociados al trauma y embotamiento de la reactivad general del individuo
  • Aumento de la activación (arousal)

Además de esto, para poder realizar un diagnóstico de TEPT es necesario que la persona haya estado expuesta a un acontecimiento traumático caracterizado por muerte o amenaza a su integridad física o la de los demás, y que la persona haya respondido con temor, desesperanza o un horror intenso. Las alteraciones antes mencionadas deben prolongarse más de un mes y deben provocar un malestar clínico significativo o deterioro social, laboral o de otras áreas importantes de la actividad del individuo.

Ansiedad

Igualmente otro de los síntomas con los que el terapeuta se va a encontrar es la ansiedad. Por lo tanto, nos preguntaremos cómo poder evaluarla, para poder enfrentarla posteriormente en la consulta privada o bien en programas de violencia de género.

Los síntomas ansiosos se pueden evaluar a través de distintas escalas estandarizadas y con unos baremos establecidos tal como:

  • Escala Heteroaplicada de Evaluación de la Ansiedad de Hamilton: esta escala permite evaluar cuantitativamente la intensidad de la ansiedad. También permite evaluar el comportamiento general del sujeto durante la entrevista. A parte de la puntuación global, ofrece dos puntuaciones específicas: ansiedad psíquica y ansiedad somática.
  • Inventario de Ansiedad Estado-Rasgo (STAI) de Spielberger, Gorsuch y Lushene: permite evaluar dos dimensiones de la ansiedad:
    • Ansiedad estado (estado emocional transitorio)
    • Ansiedad rasgo (característica que se mantiene relativamente estable en el tiempo).
  • Inventario de Situaciones y Respuestas de Ansiedad (ISRA) de Miguel-Tobal y Cano-Vindel: permite evaluar la frecuencia con la que se presenta una serie de respuestas específicas de ansiedad ante situaciones concretas teniendo en cuenta los tres sistemas de respuesta (cognitivo, fisiológico y motor). También ofrece una puntuación media del rasgo de ansiedad.
  • Inventario de Ansiedad de Beck (BAI) de Beck, Brown, Epstein y Steer: se trata de un inventario autoaplicado para evaluar principalmente los aspectos físicos relacionados con la ansiedad.

Autoestima y actitudes con respecto al sexo

La autoestima y las actitudes con respecto al sexo serán otros de los elementos que se van a emerger y que tendremos que saber evaluar para conocer hasta donde ha podido afectar la violencia ejercida. Igualmente contamos con estos instrumentos que nos ayudarán a hacernos una idea mucho más concreta de la persona que acude a consulta o ante la que podemos intervenir. Vamos a destacar dos de ellas:

  • Escala de Autoestima de Rosenberg: permite evaluar el grado de satisfacción que una persona tiene consigo misma.
  • Inventario de Auto-Informe (SRI) de Brown: evalúa la autoestima de una persona en un determinado número de situaciones.

Para tener constancia de la actitud actual que una persona tiene respecto al sexo podemos hacernos valer de dos inventarios:

  • Inventario de Miedos Sexuales – Mujeres, de Annon: evalúa el grado de ansiedad o miedo que provoca en la mujer cada uno de los ítems. La escala está formada por cuatro áreas:
    • Área de estímulos generales
    • Área de implicación personal del sujeto
    • Área de relación social
    • Área de contacto físico
  • Inventario de Placer Sexual – Mujeres, de Annon: permite evaluar el grado de excitación ante determinadas actividades sexuales. Está formada por las mismas áreas que el Inventario de Miedos Sexuales.

Ciertamente la pregunta que nos ronda en la cabeza es cuando y cómo finalizar con esta situación, endémica ya. Y la respuesta no es determinante. Se han puesto al servicio de la sociedad, leyes, mensajes, personajes públicos que rechazan esta violencia, y en cambio, como deciamos al inicio, las estadísticas nos siguen indicando la misma situación. Creo que estamos en un impasse donde estamos en medio de la tendencia del cambio radical con respecto de esta situación que tiene su origen en determinaciones culturales que han producido, sin duda, una subjetividad determinada sobre los hombres y las mujeres y que viene desarrollándose desde siempre. Por tanto, sospechamos que nos queda un tiempo aún… hasta que ese tiempo cultural cambie de forma definitiva. ¿ o qué cosas se nos pueden ocurrir para acelerar o determinar ese cambio necesario y urgente?



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