I. Introducción
Fue en 1935 cuando R. Stroop publicó un artículo en el que describía el efecto de interferencia en la lectura de colores y palabras junto a su técnica de medición o evaluación.
La primera edición standard se publicó en 1978; desde entonces esta prueba ha sido tomada y usada ampliamente en el campo de la psicología.
Es test de Stroop se ha conformado como una de las pruebas neuropsicológicas más importantes en el contexto de la investigación y de la psicología clínica aplicada.
El test de Colores y Palabras evalúa procesos psicológicos básicos útiles en el estudio de la neuropsicología humana y de los procesos cognitivos.
Las dimensiones básicas evaluadas por el Stroop son aquellas que están vinculadas a la resistencia a la interferencia procedente de estímulos externos, a la flexibilidad cognitiva, a la creatividad, y a la psicopatología y complejidad cognitiva.
Como test clínico se emplea para la evaluación de disfunciones cerebrales, así como para la evaluación de psicopatología en general. Su instrumentalización pueda darse como un test aislado de evaluación o, también, como formando parte de una batería más general.
II. Ámbito de aplicación
El ámbito de aplicación del Stroop alcanza a la población general, desde los 6 hasta los 85 años-
El test de Colores y Palabras evalúa procesos psicológicos básicos útiles en el estudio de la neuropsicología humana y de los procesos cognitivos. Golden (1978) apuntó a que el test presenta una elevada sensibilidad para detectar disfunciones del lóbulo frontal, inscrito en el marco de la evaluación neuropsicológica. Alcanza la obtención de una medida de la atención y de funciones ejecutivas como el control inhibitorio de la conducta.
Determina los efectos de una lesión cerebral o, en su caso, explorar si existe una afectación de determinadas áreas cerebrales como el lóbulo frontal, hemisferio izquierdo y derecho.
También esta prueba se expande para evaluar las funciones ejecutivas de sujetos con demencias: Alzheimer y Corea de Huntington. Algunos investigadores han extendido su aplicación a aspectos clínicos como la esquizofrenia.
III. Efecto de interferencia Palabra-Color
La prueba elaborada por Stroop consistía en que los sujetos leyesen en una lámina palabras y que también dijesen el color de ellas. En los resultados se comprobó que cuando se pedía a un sujeto que leyese las palabras, lo hacía tan rápidamente como cuando las palabras estaban escritas en tinta negra. En cambio, cuando se le pedía que nombrase el color de la tinta con que estaba escrita la palabra, el tiempo de reacción era un 50% más que en relación con el tiempo empleado en la página que contenía los rectángulos coloreados, es decir, en los que solo había que mencionar el color del relleno de estos. Justamente a este efecto que conllevaba una disminución en la velocidad de identificación de los colores se le denominó interferencia Palabra-Color.
La prueba de Stroop precipitó el hecho de que la palabra impresa en color suscita una respuesta verbal automática que requiere muchas de las funciones neuropsicológicas que también son necesarias para nombrar los colores. Se produce que la velocidad de ambas reacciones (esto es, leer palabras y nombrar colores) es tal que la respuesta de leer palabras ocupa los canales neuropsicológicos que, al mismo tiempo, la respuesta de nombrar colores necesita para poder ser procesada.
la tarea de interferencia evalúa la capacidad de la persona para separar los estímulos de nombrar colores y palabras; se ha asumido que está formada por dos efectos opuestos. Por una parte, una activación de los nombres de las tintas en la que están impresas las palabras y la inhibición opuesta de los nombres de los colores activados (puesto que estos interfieren con la lectura correcta de las palabras)
IV. Aspectos evaluativos del test de Stroop
Las tareas del test vuelcan información sobre la velocidad en el procesamiento de la información, la automatización y velocidad de la lectura, así como la capacidad para resistir la interferencia de elementos o demandas cognitivas incongruentes durante la ejecución de las tareas. La resistencia a la interferencia está vinculado al control inhibitorio de las respuestas y con la ejecución de la tarea.
El test de Stroop evalúa:
- Aspectos atencionales relacionados con la memoria de trabajo
- Flexibilidad cognitiva y la resistencia a la interferencia por la puesta en funcionamiento de estímulos externos
- Habilidad para cambiar de set cognitivo
- La inhibición cognitiva (Archibald y Kerns, 1999)
- Habilidad para mantener activa una meta y suprimir una respuesta habitual a favor de una menos conocida o habitual.
La prueba del test de stroop consta de tres fases; el uso habitual es aquella que se basa
en la lectura de la palabra que designa un color escritas en un color diferente al que expresa; el sujeto está llamado a inhibir la respuesta automática de la lectura en favor de poder designar correctamente el color con el que están escritas las palabras.
Se presentan tres láminas en la que aparecen cinco columnas de 20 elementos. Cada una de las tareas se lleva a cabo durante un tiempo determinado (45 segundos), anotándose los aciertos para la evaluación posterior.
Lectura de palabras
Primeramente, se proporciona al sujeto una lista con los nombres de tres colores (rojo, azul y verde) bajo la escritura de negro, y se le solicita que los vaya leyendo.
Tarea de identificación de colores
La segunda de las tareas es la identificación de colores, en la que se proporciona al observado una lista en la que aparecen símbolos sin significado coloreados. Se le pide al sujeto que identifique y nombre el color de cada uno de los elementos.
Tarea de interferencia
Esta tercera es la que más define al test de Stroop. Se basa en el principio de interferencia; se presenta al sujeto una lista de palabras con el nombre de los colores anteriormente citados, pero en esta ocasión escritos con un color distinto al que hace referencia la palabra. Por ejemplo, aparece la palabra rojo, pero escrita en azul. El sujeto está conminado a nombrar el color en el que está escrito cada elemento.
V. La interpretación de los datos
Los datos recogidos permiten hacer una interpretación de ellos. Su análisis valora el tiempo que tarda en reaccionar ante la estimulación, prestando atención a lo reflejado en cada una de las láminas o tareas.
En la tercera de las pruebas, ya hemos indicado que la más utilizada, observamos el tiempo de reacción del sujeto, que nos indica la interferencia producida por diferentes aspectos de una misma estimulación, la capacidad de resistirla, la de gestión de los recursos cognitivos y atencionales o la perseveración y repetición de conductas.
En esta prueba de la interferencia podemos calcular una estimación sobre la puntuación aproximada que un sujeto debería obtener; se puede alcanzar a partir del cociente de producto de las palabras leídas en la primera prueba por el de colores de la segunda dividida por su suma.
Si realizamos la siguiente operativa: a la puntuación real obtenida en la tarea de interferencia le restamos la puntuación estimada, luego entonces, podremos observar si la persona inhibe correctamente la respuesta (valores superiores a 0, positivos); o si existen problemas de interferencia significativos (en el caso de que el valor sea negativo). Indicamos que la mayoría de la población obtiene puntuaciones entre 10 y -10.
Igualmente, es factible que esta estimación sea sesgada en el supuesto de que el sujeto presente un nivel muy bajo o, el contrario, muy alto de experiencia en la lectura. El hábito de la lectura puede influir en el valor de las respuestas en la primera prueba y en el desempeño en la tercera.
La interpretación cualitativa hace emerger indicaciones de daño cerebral, problemas con el hemisferio izquierdo y derecho, o una afectación en el frontal o en los ganglios basales.
Cada una de las tareas aporta información en referencia al funcionamiento del cerebro; pero en el caso de que existan un número importante de errores en todas las pruebas no permitirá una interpretación concreta del funcionamiento.
Los errores de lectura denunciarán problemas con el hemisferio izquierdo, especializado en el lenguaje. Los problemas en el hemisferio derecho vendrán sustentados por la labor de denominación de colores.
A pesar de que la interferencia afecta a casi toda la población en los resultados (son más bajos), si existe una determinación en la realización de errores puede que nos esté señalando problemas en el hemisferio frontal (el lóbulo más grande del cerebro) o en los ganglios basales.
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