Introducción al trastorno de estrés postraumático
El término TEPT engloba dos aspectos bien definidos: por una parte, una respuesta de estrés que es patológica, y otra por el trauma. Frente a un estresor el organismo responderá buscando la adaptación, equilibrio. Se trata de una adaptación para el psiquismo humano.
El estresor puede ser físico o psicológico y la respuesta puede ser adaptativa (eustrés) o patológica (distrés). Por ello, estrictamente, deberíamos estar hablando de trastorno por distrés postraumático.
La definición del TEPT por los Manuales diagnósticos de la APA, se basan en un modelo conceptual que separa a los eventos traumáticos de otras experiencias estresantes y, por consiguiente, separa al TEPT de otras respuestas al estrés.
Los eventos traumáticos o catastróficos, a diferencia de las experiencias estresantes cotidianas, han sido ligados a este síndrome, cuando originan una serie de síntomas y consecuencias determinadas.
Los estudios han comprobado que el TEPT es una enfermedad frecuente, que representa un problema para la salud pública muy importante, si bien se sabe que este trastorno no es la salida inevitable a toda exposición traumática. Llega a ser alarmante el incremento de los sucesos traumáticos en nuestra sociedad, en forma de asaltos, robos, secuestros, violaciones, atentados y otros daños que amenazan lo cotidiano.
El TEPT y los Manuales Diagnósticos
El DSM- 5 postula el criterio del estresador del TEPT (PTSD, en lengua inglesa); la exigencia para que pueda diagnosticarse como tal es la existencia de la vivencia directa en propia persona de un suceso traumático, que sea testigo directo del suceso a otras personas, o que tenga un conocimiento indirecto (que haya sido informado) de un suceso traumático acontecido a un familiar próximo o a un íntimo amigo; por último, que un sujeto se encuentre en exposición repetida o extrema a detalles repulsivos de un suceso traumático (por ejemplo, personal que recoge restos humanos tras un accidente aéreo) (esta condición no es aplicable, a no ser que forme parte ineludible del trabajo, a la exposición a medios electrónicos, televisión, fotografías o películas).
Un suceso traumático es cuando un sujeto está expuesto a la muerte, a una lesión grave o violencia sexual, en forma de amenaza o bien sea real. Tendrá como consecuencia, para su diagnóstico como tal, un malestar significativo en las áreas social, laboral o áreas que afecten al funcionamiento del sujeto. Además, las alteraciones que se precipitarán no se podrán atribuir a consecuencia de los efectos de alguna sustancia tóxica como el alcohol, drogas, medicamentos, o derivado de alguna otra afección médica.
El TEPT presenta cuatro tipos de síntomas:
- Intrusivos
- Evitación
- Alteraciones negativas cognitivas y del estado de ánimo
- Alerta y reactividad
Y tres tipos evolutivos: la forma aguda que comienza durante los tres primeros a seis meses tras el evento (pudiendo ubicarse como una continuación del TEA o siendo ya propiamente TEPT), la forma crónica que dura seis o más meses y la forma retardada que aparece al menos seis meses después del trauma. Algunas formas son atípicas. Cuando la duración del trastorno es inferior a un mes, debe codificarse como trastorno por estrés agudo (TEA).
Para acomodarnos a este diagnóstico, será preciso señalar si el sujeto presenta síntomas disociativos; para ello, debe de cumplirse que además de que los síntomas precipitados cumplan los criterios para el TEPT como respuesta al factor de estrés, los síntomas persistentes tendrán, al menos una de las características de despersonalización (desapego, observador externo del propio proceso mental) o desrealización (experiencia de irrealidad del entorno).
¿Cuáles son los síntomas TEPT?
3.1 Síntomas intrusivos
La reexperimentación repetida de memorias de la experiencia traumática. Estas tienden a involucrar memorias visuales y sensoriales del evento que frecuentemente son acompañadas por un distrés fisiológico y psicológico extremo, y a veces por un embotamiento emocional.
Estos recuerdos pueden ocurrir espontáneamente o pueden ser disparados por una serie de estímulos reales o simbólicos.
- Recuerdos angustiosos recurrentes. Se precipitan involuntariamente y de forma intrusiva.
- Sueños angustiosos recurrentes. Contenido y afecto asociado al suceso traumático experimentado. (En los niños puede haber sueños terroríficos de contenido irreconocible).
- Reacciones disociativas. Escenas retrospectivas en las que el sujeto siente o actúa como si el suceso se repitiese. El individuo actúa o tiene la sensación de que el acontecimiento traumático está ocurriendo; se incluye la sensación de estar reviviendo la experiencia, ilusiones, alucinaciones y episodios disociativos de flashback, incluso los que aparecen al despertarse o al intoxicarse. (Los niños pequeños pueden reescenificar el acontecimiento traumático específico).
- Malestar psicológico intenso al exponerse a estímulos internos o externos que simbolizan o recuerdan un aspecto del acontecimiento traumático.
- Respuestas fisiológicas al exponerse a estímulos internos o externos que simbolizan o recuerdan un aspecto del acontecimiento traumático.
3.2. Síntomas de evitación
Evitación de los estímulos que recuerden el trauma, así como embotamiento emocional e incapacidad de expresar los sentimientos. Se da un alejamiento de los estímulos cotidianos.
- Esfuerzos para evitar pensamientos, sentimientos o conversaciones sobre el suceso traumático.
- Esfuerzos para evitar actividades, lugares o personas que motivan recuerdos del trauma.
3.3. Alteraciones negativas cognitivas y del estado de ánimo
- Incapacidad para recordar un aspecto importante del trauma.
- Sensación de desapego o enajenación frente a los demás.
- Restricción de la vida afectiva (véase, incapacidad para tener sentimientos de amor).
- Reducción acusada del interés o la participación en actividades significativas.
- Sensación de un futuro desolador (por ejemplo, no espera obtener un empleo, casarse, formar una familia o, en definitiva, llevar una vida normal).
- Percepción distorsionada de la causa y/o las consecuencias de la experimentación vivida; tiene la consecuencia de acusarse a sí mismo o a los demás.
- Estado emocional negativo: miedo, enfado, terror, vergüenza, culpa
Síntomas de alerta y reactividad
Síntomas persistentes de aumento de la activación (arousal) (ausente antes del trauma.
- Dificultades para conciliar o mantener el sueño
- Irritabilidad o ataques de ira
- Dificultades para concentrarse
- Hipervigilancia
- Respuestas exageradas de sobresalto.
- Comportamiento imprudente, autolesivo o autodestructivo
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