El proceso de enfermar
Solemos enfermar de dos maneras. Una aguda, que es transitoria y breve y otra crónica, más prolongada y lenta que puede progresar, detenerse o retroceder, a veces hasta la curación completa. El curso de las enfermedades puede ser benigno o maligno y las molestias o sufrimientos que ocasionan pueden ser leves o graves.
Es por ello que es pertinente rechazar la innecesaria disociación entre mente y soma; o discutir si la enfermedad se inicia en el campo psíquico o en el somático, cuando la experiencia clínica y la larga bibliografía de la que disponemos nos muestran la importancia de la relación entre la psique y el cuerpo, y que las afecciones suelen afectar al sujeto como unidad. Cuando hablamos de somatización nos estamos refiriendo a la expresión corporal de un conflicto psicológico interno que se hace evidente mediante un signo físico, es decir el cuerpo actúa de canal para la expresión de ese malestar que sentimos. El síntoma constituye un intento del Yo por armonizar todas las presiones y surge con valor simbólico cuando han fracasado las defensas y el Yo no encuentra solución frente a un Superyó muy rígido que no le permite moverse ante sus presiones.
Una de las cuestiones más importantes y que debemos tener en cuenta cuando abordemos el tratamiento de pacientes con trastornos psicosomáticos es el papel que juega el mecanismo de defensa del desplazamiento, que originalmente consiste en que la carga afectiva de una idea es desplazada a otra, sobre el cuerpo, creando lesiones y disfunciones en éste, en detrimento de un sufrimiento psicológico. Será necesario analizar y buscar el sentido del modo de proceder de esta forma de defensa de la psique humana.
Pero el desplazamiento como mecanismo defensivo no resulta suficiente para entender problemas psicosomáticos y explicar la dinámica de los síntomas. Existen otros componentes que participan en la creación del trastorno psicosomático, tales como la emigración, la sustitución, la simbolización y la psicosis.
Causas de los Trastornos Psicosomáticos
Para la Escuela Psicosomática de Paris (Marty, M´Uzan, David, Fain, 1993), el trastorno psicosomático está caracterizado por una insuficiencia en la mentalización, que le impide la expresión psíquica de sus conflictos. Habría un déficit patognomónico en la construcción del aparato psíquico que caracterizaría a los enfermos psicosomáticos. Tal déficit surgiría de un desamparo inicial producto del vínculo con una madre narcisista que promueve un vacío psicológico.
Al no ser atendidas las señales indicadoras de sus deseos, el bebé las paraliza y produce respuestas corporales patológicas que equivalen a los primeros síntomas psicosomáticos.
La Escuela de Paris, al igual que en su momento lo hace Winnicott, ubica la etiogénesis de estas enfermedades en etapas tempranas del desarrollo infantil y en relación con la madre. Se ha producido una falla en la realización del maternaje en momentos claves del desarrollo emocional del infante.
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Síntomas psicosomáticos
Los trastornos psicosomáticos, y, por tanto, los síntomas derivados son amplios y variados, pudiendo afectar a los diferentes sistemas del cuerpo humano. Por ello, vamos a indicar los diferentes trastornos que pueden precipitarse en el cuerpo, con algunos de sus síntomas psicosomáticos y malestares donde la intervención psicológica aporta su influencia.
Trastornos cardiovasculares.
Implicación de la personalidad tipo A.
Cardiopatía isquémica en los siguientes tipos: angina de pecho; infarto agudo de miocardio; insuficiencia cardíaca crónica; arritmias y bloqueos; muerte súbita.
Cáncer: Inmunopatías (puede afectar a diversos sistemas del cuerpo)
Implicación de la personalidad tipo C. Pulmón, mama, colon, aparato digestivo, tumores cerebrales, páncreas, etc.
Trastornos digestivos.
Úlcera grastroduodenal, síndrome de colon irritable, enfermedad inflamatoria intestinal (colitis ulcerosa), enfermedad de Crohn, dispepsia.
Trastornos dermatológicos.
Alopecia areata; psoriasis; Dermatitis atópica; acné; Tricotilomanía.
Trastornos metabólicos.
Diabetes.
Trastornos en el Aparato respiratorio.
Asma bronquial, enfisema, bronquitis crónica, síndrome de hiperventilación, fibrosis quística.
Trastornos en Ginecología y Obstetricia.
- Trastorno disfórico premenstrual.
Dolores: cefaleas, mastalgia, músculo esquelético, etc.; Autónomos: palpitaciones, sofocos, nauseas; Balance líquido: ganancia de peso, pesadez, etc.; Cognitivos: disminución de la concentración, indecisión, paranoia, hipersensibilidad, etc.; Neurovegetativos: insomnio, hipersomnia, anorexia, ansias de comer, fatiga, etc.; Dermatológicos: acné, pelo seco o graso; Psicológicos: Afectivos: tristeza, ansiedad, cólera, irritabilidad, labilidad emocional, etc. - Menopausia, Depresión posparto, aborto, infertilidad.
Enfermedades reumáticas que afectan al sistema esquelético.
- Reumatismo psicógeno: artritis reumatoide.Dolor que puede persistir incluso estando en reposo; hinchazón; rigidez a la hora de realizar movimientos; fiebre; perdida de peso; cansancio; malestar general.
- Fibromialgia.
Dolor musculo- esquelético difuso y crónico. Se acompaña de cansancio o astenia, parestesias; cefaleas; dismenorrea; rigidez; dificultad para concentrarse; ansiedad, irritabilidad, cambios bruscos en el humor; síntomas depresivos. - Síndrome de piernas inquietas.
Necesidad imperiosa del/la paciente de mover las piernas como consecuencia de una sensación parestésica intensa junto con sensaciones desagradables como pueden ser tirantez, quemazón, irritación e incluso dolores de fuerte intensidad. Efectos secundarios más frecuentes en este cuadro reumático son los problemas asociados al sueño. - Síndrome cervico-craneal psicógeno.
Síndrome Neurótico-cervical y su síntoma más característico es el dolor de nuca. Le acompañan otros síntomas: parestesias en los brazos; trastornos funcionales de la vista; vértigos; zumbidos e hipoacusias; molestias en la faringe cuando se produce la deglución. - Dorsalgia benigna.
Presencia de dolores en la zona interescapular de variable intensidad, desde la parte baja del cuello hasta la cintura. Incluye dolor, quemazón, parestesias, fatiga y sensación de \”carga\”. - Lumbalgia psicógena.
Dolor que aparece en la espalda en la zona lumbar. Es provocado por diferentes motivos: estrés, malas posturas, los sobre esfuerzos físicos. Si este dolor lumbar se cronifica se precipita la posibilidad de existencia de un posible conflicto psíquico que lo este manteniendo, por lo que el termino lumbalgia tendría el sobreañadido de psicógeno. - Acroparestesias nocturnas. Parestesias: entumecimiento, adormecimiento, hormigueo, etc. de las manos y los pies.
Tratamientos de los trastornos psicosomáticos
A continuación, detallamos algunos factores bajo la indicación de que puedan ser abordados en los tratamientos psicoterapéuticos en la medida en que son determinantes en las características de los sujetos que lo padecen. Para ello,
indicamos los elementos psicológicos a tratar en relación con los síntomas de los trastornos psicosomáticos. Será necesario abordar los orígenes familiares de nuestros pacientes e indagar de donde proceden exactamente los elementos psicológicos que mantienen en vigencia la enfermedad.
Aparato cardiovascular.
Abordar: la dependencia-agresividad, la expresión emocional, adaptación de los sujetos postinfarto, mecanismos de negación.
Cáncer: inmunopatías.
Abordar: sobreadaptación a la demanda, expresión de emociones, estrés, depresión, adaptación a la enfermedad, pasividad, desamparo, desesperanza, imagen corporal, relaciones familiares, duelo, pérdidas.
Aparato digestivo.
Abordar: la autonomía como sujeto del paciente, agresividad, autoconcepto,
rigidez, control/descontrol, impulsos hostiles
Sistema tegumentario: Trastornos dermatológicos.
Abordar: depresión, ansiedad, autoagresividad, expresión de las emociones.
Enfermedades metabólicas: Diabetes.
Abordar: Inestabilidad emocional, baja estima, dependencia, descontrol de los impulsos, frustración.
Aparato respiratorio: Asma bronquial .
Abordar: miedos infantiles, figuras de protección, debilidad emocional tolerancia a situaciones de conflicto, intensas necesidades afectivas.
Aparato reproductor: Ginecología y obstetricia.
Abordar: depresión, síntomas afectivos y emocionales, dificultades sexuales, culpa, vergüenza, duelo, hipocondría, histeria, identidad sexual, insatisfacción.
Sistema esquelético: Enfermedades reumáticas.
Abordar: traumas psíquicos, pérdidas significativas, agresividad, alexitimia, rigidez, inseguridad, rechazo, mecanismo de negación, dolores emocionales, expresión de las emociones.