Introducción
Incluimos en este grupo de niños a los adolescentes. Antes de entrar en materia, indiquemos que la manera de ayudar a un niño víctima de Bullying va a establecerse desde el ámbito desde donde se atienda al niño. Fundamentalmente desde tres lugares: la familia, la escuela, y el medio social educativo (asociaciones de padres en la escuela, Administración Educativas, etc.). Estas dos últimas están correlacionadas entre sí, articuladas mediante una política global educativa.
La familia podrá intervenir en un carácter preventivo, situado fundamentalmente en el plano de la socialización. Una de las características del acoso escolar es que las víctimas no comunican fácilmente esta situación, dando lugar a que el fenómeno se esté produciendo y por tanto este espacio sea para detectar malestares y síntomas en el hijo, además de articular su intervención con el centro escolar y la comunidad educativa.
La escuela tiene dos formas de ayudar a los niños víctimas del Bullying: la intervención preventiva y la intervención con los agentes del acoso escolar (víctima, victimario y grupo).
Y por fin, el medio social educativo tendrá la opción de intervenir con propuestas de programas de prevención del acoso escolar. Estas propuestas abarcarán a toda la comunidad educativa: padres, alumnos, profesores, dirección escolar. Sin la participación de todos los estamentos no habrá política de prevención posible.
¿Qué es el acoso escolar o Bullying?
Un alumno o alumna se convierte en víctima cuando está expuesto, de forma repetida y durante un tiempo, a acciones negativas que se manifiestan mediante diferentes formas de acoso u hostigamiento cometidas en su ámbito escolar, llevadas a cabo por otro alumno o varios de ellos, quedando en una situación de inferioridad respecto al agresor o agresores.
Es importante no confundir este fenómeno con agresiones esporádicas entre el alumnado u otras manifestaciones violentas que no suponen inferioridad de uno de los participantes en el suceso.
El Bullying presenta las características que se incluyen a continuación:
- Desequilibrio de poder: se produce una desigualdad de poder físico, psicológico y social que genera un desequilibrio de fuerzas en las relaciones interpersonales.
- Intencionalidad/repetición: la intencionalidad se expresa en una acción agresiva que se repite en el tiempo y que genera en la víctima la expectativa de ser blanco de futuros ataques.
- Indefensión/personalización: el objetivo del maltrato suele ser normalmente un solo alumno o alumna, que es colocado de esta manera en una situación de indefensión.
El acoso suele tener, además, un componente colectivo o grupal, ya que normalmente no existe un solo agresor sino varios y porque la situación suele ser conocida por otros compañeros o compañeras, observadores pasivos que no contribuyen para que cese la agresión.
Tipos de acoso entre iguales
La agresión puede adoptar distintas manifestaciones:
- Exclusión y marginación social.
- Agresión verbal.
- Agresión física indirecta.
- Agresión física directa.
- Acoso o abuso sexual.
Intimidación/amenaza/chantaje.
Principales características del Bullying
La edad media en general en el fenómeno del bullying es de 11,6 años.
En España, la media es entre los 12 y 14 años. Entre los más pequeños, la edad se centra entre los 9 y los 11. Lo cual indica que cuanto más nos acerquemos a la adolescencia el fenómeno es más frecuente.
El bullying implica comportamientos que podemos incluir tanto dentro de la violencia manifiesta o relacional como de la violencia reactiva o proactiva. Ser objeto de bullying puede conllevar que un estudiante puede verse sometido a una gran variedad de comportamientos cometidos por otro estudiante:
- El agresor pretende infligir daño o miedo a la víctima.
- El agresor ataca o intimida a la víctima mediante agresiones físicas, verbales o psicológicas.
- La violencia hacia la víctima ocurre repetidamente y se prolonga durante cierto tiempo.
- El agresor se percibe a sí mismo como más fuerte y poderoso que la víctima.
- Las agresiones producen el efecto deseado por el agresor.
- La víctima no provoca el comportamiento agresivo.
- El agresor recibe generalmente el apoyo de un grupo.
- La víctima se encuentra indefensa y no puede salir por sí misma de la situación.
- Existe una relación jerárquica de dominación-sumisión entre el agresor y la víctima.
Algunos victimarios se decantarán por la violencia física, y otros no actuarán tan abiertamente eligiendo hacer uso de la persuasión y la manipulación.
Características de las víctimas
Las víctimas ciertamente también presentan ciertas particularidades. Podemos distinguir en general dos tipos de víctimas que dejan ver dos maneras distintas de reaccionar frente al acoso y agresión de sus compañeros:
- La víctima puede interpretar la victimización como una experiencia crítica muy traumática que, junto con su tendencia al retraimiento, mine su autoconcepto y desemboque en síntomas depresivos y sentimientos de soledad; se denomina víctima pasiva o sumisa.
- La víctima puede desarrollar actitudes tan negativas hacia sus iguales que, junto con su tendencia a la impulsividad, desencadene una reacción agresiva hacia sus propios agresores; ésta sería la víctima provocativa o agresiva.
Estos dos tipos presentan algunas características en común: su situación social de aislamiento en la escuela y su impopularidad entre los compañeros
Autores como González, Díaz-Aguado, Estévez, Jiménez y Musitu, Griffin y Gross, o las conclusiones del Defensor del Pueblo aportan una serie de características propias de cada uno de estos tipos de víctimas. Los señalamos a continuación:
Características de las Víctimas Pasivas o Sumisas:
- Suelen presentar físicamente algún tipo de hándicap, p.e. estructura débil u obesidad.
El rendimiento académico suele ser superior al de los agresores
Suelen ser poco asertivos, tímidos, ansiosos e inseguros.
- Bajo nivel de autoestima; alta puntuación en sintomatología depresiva.
- Aislamiento con respecto de sus compañeros de clase: rechazo.
- Presentan dificultades para imponerse y ser escuchados por el grupo de compañeros.
- Actitud sobreprotectora de los padres, dependencia hacia ellos.
Características de las Víctimas Provocativas o Agresivas:
- Ansiosos e hiperactivos.
- Déficits en habilidades sociales.
- Habitualmente suelen ser rechazadas por sus compañeros en clase.
- No respetan las normas sociales.
- Informan de un trato familiar hostil y coercitivo.
- Impacientes e impulsivos.
Podemos concluir que la víctima pasiva presenta niveles muy bajos de asertividad y muy altos de vulnerabilidad, así como una marcada percepción negativa de sí misma y alta probabilidad de experimentar síntomas depresivos.
La víctima agresiva presentará una marcada tendencia hacia la impulsividad y la violencia, puesto que ha aprendido que de ella puede obtener ciertos beneficios.
La familia
El contexto familiar es el más importante para la vida de un sujeto. Es una fuente de adquisición de conocimientos de desarrollo de habilidades, de interacción afectiva, y también si la relación de sus integrantes no es de calidad se traduce en un factor de riesgo que ayude a las predisposiciones hacia la agresividad. Y no solo a este último aspecto, sino que también conforma las formas de relación que un sujeto establece con los otros.
El clima familiar positivo se caracteriza por la cohesión de los padres en el orden afectivo, comunicación y apoyo entre ellos, la articulación afectiva entre padres e hijos hacia sus hijos, comunicación familiar abierta y empática, y estos factores posibilitan el ajuste conductual y emocional de los hijos.
El clima familiar está constituido por el ambiente percibido e interpretado por los miembros que integran la familia, y ha mostrado ejercer una influencia significativa tanto en la conducta, como el desarrollo social, físico, afectivo e intelectual de los integrantes. La eficacia de este clima familiar positivo se deja ver en la interpretación y la respuesta que los miembros de la familia ante situaciones de violencia en las relaciones interpersonales; tendrán capacidad suficiente para dar una respuesta adecuada que no incluya la violencia.
Un clima familiar negativo es el carente de los elementos mencionados; de ello se sigue el desarrollo de problemas de comportamiento en niños y adolescentes. Los estudios realizados muestran que el clima familiar donde se muestran problemas de comunicación y carencia de afecto promueven el no desarrollo de determinadas habilidades sociales fundamentales para las relaciones sociales, como, por ejemplo, la identificación de soluciones no violentas a problemas entre personas.
Una vez que la familia tiene constancia del acoso escolar o bullying será importante:
- Ponerlo en conocimiento del centro y dirección escolar
- Alejamiento de lugares y situaciones donde se produce violencia
- Manejo de la victima de emociones como la cólera y la ira
- El mantenimiento de canales de confianza, como amigos, personas reconocidas en el entorno del niño, será importante para la canalización discursiva de las emociones.
- Estar atento a las manifestaciones del hijo. Dado que los jóvenes son reacios a manifestar esta situación que viven, los padres podrán estar atentos a una serie de manifestaciones sintomatológicas que los hijos puedan tener, como:
- Imagen negativa acerca de sí.
- Desórdenes de aprendizaje y atención
- Falta de interés en sus actividades habituales
- Incapacidad para disfrutar; falta de energía
- Insatisfacción con los diversos órdenes de la vida
- Sintomatología depresiva
- Dificultades en la comunicación; pobreza comunicativa.
- Importantes dificultades en asertividad.
- Sentimientos de culpabilidad.
- Sentimientos de soledad.
- Emergen reacciones corporales psicosomáticas como dolores de cabeza y de estómago.
- Dificultades para conciliar el sueño.
- Posible precipitación de estrés postraumático: repetición del episodio de maltrato
- Reacciones emocionales inesperadas.
- Vulnerabilidad hacia el rechazo y a las evaluaciones negativas de los demás.
Algunos padres piensan y toman la actitud de cambiar de centro educativo a su hijo. Las estadísticas nos indican que no es efectivo en un tanto por ciento elevado porque vuelve a plantearse, repetición, la misma situación de acoso y de violencia. Los investigadores indican que no es una buena alternativa a tener en cuenta.
Escuela y Comunidad educativa
Ambas interaccionan entre sí. La escuela y la comunidad educativa pueden proceder a políticas globales que pretendan abordar la violencia implicando a todos los intervinientes en el fenómeno, así como a todos los miembros de la comunidad educativa. Su intervención abarca dos vías: El carácter preventivo en el acoso escolar y la intervención a nivel individual.
Exponemos tres modelos de programas de política global escolar que busca aunar todos los esfuerzos de la escuela en torno a la prevención de actitudes violentas.
Ortega indica que podríamos definirlo como: “programas que intentan incorporar a las iniciativas antiviolencia a todos los agentes implicados directa o indirectamente; desde los propios escolares hasta la administración educativa”.
En torno a esta denominación realizaremos una aproximación a tres programas:
A) Bullying Prevention Program (BPP). El programa se basa en cuatro principios básicos que recogen cómo debe ser el ambiente en casa y en el aula: la relación de los estudiantes con los adultos, la aplicación consistente de sanciones que no sean punitivas ni físicas y conseguir que los adultos sean figuras de autoridad y modelos positivos.
Su desarrollo implica un requisito general previo: concienciación de la importancia del problema e implicación de los adultos, reconociendo que su actitud determina la evolución del fenómeno.
B) El Proyecto Sheffield. Es avalado por la Fundación Gulbenkian en Inglaterra.
se interrelacionan actuaciones para los tres niveles: centro, clase, individual, que forman una unidad de prevención completa. El proyecto surge tras varias reuniones de trabajo y formación, a la que asisten representantes de las escuelas y de la universidad, en las que se arma una intervención en la que participara toda la escuela.
C) Proyecto Sevilla Anti-Violencia Escolar. SAVE. Entre 1995 y 1999. Desarrollado por un equipo de investigadores de la Universidad de Sevilla; es dirigido por Ortega, inspirado en el modelo desarrollado en la universidad de Sheffield, aunque llevado más allá por estar enraizado en la cultura escolar y en la formación del profesorado.
Pretende mejorar la convivencia basado en un modelo ecológico e integrador que aglutine a todos los recursos humanos y procesuales. Incluye medidas de prevención primaria, secundaria y terciarias concretizadas dentro de un proyecto global:
- a) Gestión democrática de la convivencia
- b) Grupo cooperativo
- c) Educación de sentimientos, actitudes y valores
También desde el colegio se pueden poner en marcha elementos que pueden estar presentes en algunos planteamientos de los programas de política global escolar:
- a) Intervenciones curriculares
- b) Intervenciones metodológicas
- c) Organización escolar
- d) Formación del profesorado
- e) La orientación escolar
- f) Intervención con la familia
- g) Sistemas de mediación
Enfoque a nivel individual
Este nivel ya pertenece a la prevención secundaria o terciaria; nos encontramos con estudiantes que están o han estado en situaciones de maltrato como agresores o víctimas. Se podrán revisar aquellas medidas que para este tipo estudiantes de forma individual se han establecido; Aquellas que se disponen en los programas de poítica global son:
- Enfoque “ninguna culpa”. Basado en Robinson y Maines
- Tribunal escolar. Esta idea se articula a través de la tradición democrática de Summerhill, fundada en 1921 por A.S. Neill, y retomada por la organización Kinscape
- Programa de Desarrollo de la empatía. Incluida dentro del programa SAVE
- La “Tutoría de iguales”. Intervención sugerida por Sullivan y colaboradores