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¿Cómo prevenir la violencia de género en la adolescencia?

Violencia de género. Definiciones

La violencia de género es la expresión de desigualdad entre hombres y mujeres. Con algunas diferencias de matices también se denomina como violencia en la pareja, violencia conyugal, o violencia contra la mujer.

El término género alude a las diferencias biológicas entre sexos y a las diferencias sociales y culturales atribuidas a las personas en función de su sexo. Los autores definen «género» el conjunto de ideas, representaciones, prácticas y prescripciones sociales que una cultura desarrolla para simbolizar y construir socialmente lo que es propio de los hombres (masculino) y propio de las mujeres (femenino). Siguiendo las palabras de Foucault, la construcción de la realidad se articula desde el lenguaje.

La OMS (2014) define la violencia de género aportando diferenciaciones:  violencia física, maltrato emocional o psicológico, comportamientos controladores y agresiones sexuales; y en cuanto a la violencia contra la mujer destaca “violencia infligida por los hombres contra las mujeres, en particular las agresiones sexuales y la violencia de pareja”.

Como se observa no postula distinción entre violencia de género y contra la mujer, describiendo que la violencia contra la mujer es “todo acto de violencia de género que resulte, o pueda tener como resultado un daño físico, sexual o psicológico para la mujer, inclusive las amenazas de tales actos, la coacción o la privación arbitraria de libertad, tanto si se producen en la vida pública como en la privada”.

La OMS realizó un llamamiento a la importancia de prevenir en la adolescencia la violencia de género. Implicó al ámbito educativo, fundamentalmente a partir de estudios secundarios. La Organización señala que entre la franja de 15 a 19 años existe un mayor riesgo de violencia física y sexual hacia las mujeres (excepto en Japón o Etiopía), indicando que los hombres son más violentos en edades jóvenes.

Estadísticas

En el año 2016, el CIS (Centro de Investigaciones Sociológicas) informa que la violencia contra la mujer ocupa el puesto 19 entre las preocupaciones de los españoles, por delante se encuentran el racismo y la inmigración. Los datos muestran la prevalencia en aumento de comportamientos dirimidos en insultos, acoso, violencia sexual y física hacia la pareja, amenazas, etc.

Estos comportamientos no son exclusivos de la edad adulta, sino que a medida que pasa el tiempo se producen en edades más tempranas, llegando a constituirse como violencia específica denominada violencia de pareja entre adolescentes, dating violence, o violencia en el noviazgo, etc.

Los estudios de Gavil Olsen y otros (2015) señalan que el 10% de los adolescentes de enseñanza secundaria han sufrido violencia física o sexual por parte de su pareja o expareja en los últimos 12 meses.

De los subtipos de violencia de pareja considerados, los investigadores (Halpern, Oslak, Young, Martin, & Kupper, 2001) señalan ˜ que es la violencia de tipo psicológica la que presenta una mayor incidencia, seguida de la violencia de tipo físico (Hamby, Finkelhor, & Turner, 2012) y, por último, la menos frecuente es la de tipo sexual (Ybarra, Espelage, Langhinrichsen-Rohling, Korchmaros, & Boyd, 2016)

Las estadísticas nos informan de que una gran mayoría de los adolescentes no aceptan las creencias sobre la justificación de la violencia de género. Al igual que hay estudios, a nivel mundial, que confirman que entre los varones un 26.7% han forzado a su pareja a tener relaciones sexuales, y entre las mujeres el tanto por ciento alcanza el 19,6% (Gámez, Straus &Hershberger, 2011) en el mismo sentido.

La prevención de la violencia de género en adolescentes

Nos apoyaremos en las siguientes construcciones para abordar la prevención: la violencia y el espacio íntimo, la violación de los límites, la función paterna, la pulsión y el ideal como indicador del camino vital. Serán elementos que en dependencia de cómo se desarrollen tendrán efectos sobre el infante y posteriormente en el adolescente en su relación con la violencia, y entre ella, la violencia contra la mujer.

Estos elementos, serán postulantes para la prevención de la violencia de género en los adolescentes.

Planteamientos sobre la violencia

Apoyándonos en Aulagnier, indicaremos un primer planteamiento de la violencia que indicaremos como primaria haciendo mención al orden temporal. Está vinculada a que el niño pueda hacerse con un espacio psíquico en la relación con la madre, o, a la vez, que la madre reconozca la diferencia, la singularidad de su bebé (por ejemplo, cuando la madre habla de su bebé en términos de que a él el gusta tal cosa o la otra) que dará lugar a un espacio diferenciado de la madre, permitiendo que cree una marca para el futuro, reflejada en el après-coup del adolescente. Bajo esta marca, el adolescente se opondrá al poder materno (al Otro materno), que le otorgará el derecho de preservar sus pensamientos no siendo arrasados por dicho poder.

Esta violencia estará al servicio de la creación de este desarrollo psíquico. En la adolescencia, los pensamientos y los secretos están ligados al advenimiento de la sexualidad. Esta está indisolublemente vinculada a las prohibiciones que se despliegan en todas las sociedades, pero el espacio psíquico propio ayudará a preservarlo, favoreciendo la generación de la subjetividad. Por ello, la violencia en la adolescencia será una respuesta acomodada a salvar su subjetividad, sus pensamientos íntimos, sobre todo cuando se vulneren los límites de dicho espacio privado. Añadamos que la violencia dota de identidad y de sentido de pertenencia.

Señalamos un segundo planteamiento de la violencia, cuando se precipita desde lo cultural/ social hacia la adolescencia. Es entonces cuanto acontece la posibilidad de un aplastamiento de la singularidad. El efecto es un sentimiento de inexistencia que impide el desarrollo de la socialización.

En los casos en que se ha producido un trauma en la historia infantil, su devenir en la adolescencia es un despliegue donde se escenifica aquello que se siente que se ha padecido; emergerán adolescentes sumidos en la violencia que se sustentarán en la base de una historia ya vivida de violencia familiar. Desde esta versión, el adolescente, mediante la violencia, recuperará, o al menos lo intentará, el dominio de su vida mediante el sufrimiento.

La violación de los límites ejercidos desde lo social y familiar sobre la adolescencia denuncia una historia de miedo, de dependencia, de sometimiento a la potencia de ese otro dominante. A su vez, cerrará la posibilidad de ese espacio íntimo que permitirá recibir las marcas que podrían inscribirse mediante la palabra. De esta forma desde la violación de los límites y su consecuencia, el miedo, se articula un no lugar de la palabra, exiliando la formación de la subjetividad

Acting out y Pasaje al acto

Hagamos una primera distinción entre intención y tendencia agresiva. La primera es definida como la forma de comportarse del Yo; tiene el objeto de aspirar a un mundo más amplio de sí mismo, permitiéndole la posibilidad de acceder a las relaciones interpersonales.

En cambio, la tendencia aspira a destruir el establecimiento de los lazos sociales con el objetivo de satisfacer al propio impulso que lo activa. A estas primeras definiciones, le siguen los conceptos de acting out y el pasaje al acto (Lacan).

En el acting out un sujeto pone en juego alguna circunstancia haciendo un llamado, una demanda; es intencionado, inconsciente, mediante una conducta sintomática; hace de sustituto de aquello que justamente no es tramitado a través de la palabra. Una demanda cuya finalidad es que sea escuchada, esto es, busca hacer un lazo social con otro. Por ejemplo, a un sujeto se le caen platos, hace, pues, un ruido tremendo que indica que está ahí, que existe o que quiere existir para con esos otros que con los cuales quiere intervenir y no puede; el ruido hace que los otros giren la mirada sobre él.

A diferencia, en el pasaje al acto nos encontramos que este no tiene la intención de decir algo, de emitir un mensaje a otro; solo hay pura descarga, no hay un destinatario; y esta descarga es violenta, con el objeto de romper, destruir.

Para diferenciarlas hemos señalado que en el acting out hay una demanda, exige la presencia de otro, en última instancia se trataría de una demanda de amor (Lacan). Desde aquí podemos elaborar la agresión como una llamada de atención, en un mensaje que busca reparación. En el pasaje al acto, la violencia no tiene una razón, un por qué, sino que se basta a sí misma, no existe una función reparadora como en el caso del acting out. Estamos señalando la intervención de la pulsión.

Padres, adolescencia y sociedad.

La adolescencia es un après-coup de la infancia, con lo cual el devenir del aparato simbólico se actualizará en la adolescencia, y por tanto se movilizará la función paterna como operador de la regulación de la pulsión y como promotor de un ideal que acompañará al joven sujeto en su itinerario vital.

Añadamos la gran devaluación de la figura paterna en la actualidad, complicándose en su intersección con el entramado social (laboralidad temporal, separaciones y divorcios con crianza de hijos en curso, monoparentalidad, etc.) y que desemboca en una desorientación significativa en el orden de convivir con hijos sin saber cómo posicionarse ante ellos, y, sobre todo, incómodos en el ejercicio de operar como autoridad. Su espejo son adolescentes que experimentan la ausencia de adultos que sean capaces de sostener, de regular, de orientar o de proponer en esta travesía personal.

El despliegue y contacto socioeducativo que experimentan los adolescentes de hoy son los mismos que están implicados en la falla en el proceso de represión de la pulsión y de la ausencia de propuestas ideales sobre la orientación existencial de los jóvenes. Los aspectos en los que crecen los adolescentes, y que son elementos que alimentan las manifestaciones de la violencia adolescente, (y que en última instancia son los que estarán llamados a prevenirse) bajo las coordenadas del pasaje al acto como fórmula para la relación tanto con el otro como consigo mismo, son manifestaciones en las que se actúa donde el pensamiento cesa. Estos aspectos son:

  • Devaluación de la trasmisión familiar y de lo transgeneracional
  • Las nuevas tecnologías de la información han tomado el lugar del padre y la madre, se han convertido en una Gran Guía para los adolescentes. Es ahí donde ellos buscan respuestas a sus preguntas, además de sumar adeptos o hacer amigos.
  • Los adolescentes finalizan por ser consumidos, por ser objetos de consumo para las nuevas tecnologías (TIC´S); se prodigan en consumir para aplastar la angustia proveniente de la ausencia de otro que de respuestas sobre quienes son.
  • Las redes sociales monotorizan la socialización de los adolescentes; especularmente, los padres no saben qué hacen, qué dicen eximiéndose de ello mediante la respuesta que hacen lo que otros adolescentes igual que sus hijos.
  • Acceden a la sexualidad donde la la mujer es un objeto de deseo-consumo; las escenas que se presentan están caracterizadas por mujeres que provocan, seducen o se insinúan ante la presencia de un hombre potente, agresivo, dispuesto a hacer gozar.
  • Ante la falta de respuestas de ese otro paterno, los adolecentes buscan en otros planos comunitarios donde se avalan sus planteamientos y estilos de vida. Se a-filian a comunidades paralelas cuyas respuestas están desreguladas y que para mantener su identidad operan bajo el signo de la segregación, exclusión y violencia hacia el otro diferente.
  • Internet permite el juego del voyeurismo y exhibicionismo (ver y hacer para ser mirado); de esta forma el adolescente se asegura que existe para otros, que son reconocidos y pertenecen a algo o a alguien (filiación). Se dirigen a un otro virtual, juntos se ocupan de rendir culto a la imagen excluyendo a la palabra innecesaria en ese contexto.

Si quieres saber más sobre la violencia de género no sólo en adolescente, puedes echar un vistazo a nuestro curso en Violencia de género.

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