blog psicología

Entendiendo la conexión mente-cuerpo de la Psicología somática

A lo largo de la historia, la psicología somática ha sido parte del importante debate sobre la concepción del ser humano: El dualismo mente-cuerpo. Esta dualidad tiene múltiples implicaciones en el tema de la salud y la enfermedad, ha sido objeto de muchas y diversas conceptualizaciones a lo largo de la historia y en las diferentes culturas.

La manera de entender el cuerpo humano y su funcionamiento tiene mucho que ver con las prácticas culturales que se llegan a adoptar en cada sociedad para definir la salud y las prácticas terapéuticas utilizadas para tratar las enfermedades. Mientras que en algunas culturas, mente y cuerpo han sido entendidos como un todo indisociable, en otras, por el contrario, se postulan como elementos separados. Así, la relación del cuerpo con la mente y las emociones es algo muy antiguo y aceptado en algunas culturas, como en los países de oriente (la India y China).

La primera explicación sistemática de la relación cuerpo- mente se encuentra en la obra de Descartes (siglo XVII), donde aparece una primera explicación sistemática de las relaciones entre ambos. Este autor plantea que la realidad se divide en dos tipos básicos de sustancias: la res cogitans: su característica esencial es la actividad de pensar, y la res extensa: la materia; su naturaleza consiste en que una cosa tiene longitud, ancho, altura y ocupa una determinada posición en el espacio.

Descartes desarrolla una explicación extensa sobre el interaccionismo mente/cuerpo basado en la glándula pineal (Les passions). Elige esa glándula porque le parece que es el único órgano en el cerebro que no está duplicado bilateralmente y porque cree, equívocamente, que es exclusivo de los seres humanos. Su planteamiento es un antecedente epistemológico a los desarrollos que relacionan la mente con el cerebro y el sistema nervioso. A la vez, entra en contradicción con lo que él mismo o acerca de la radical distinción ontológica entre el cuerpo como extensión y la mente como puro pensamiento. Esto nos permite observar cómo desde los inicios de la filosofía la relación mente – cuerpo no es sencilla de establecer. Básicamente, los pensadores se sitúan desde dos puntos de vista epistemológicos, con distintas posiciones internas: la posición dualista que sostiene que lo mental y lo físico constituyen dos ámbitos separados o la monista que plantea que lo físico y lo mental constituye un solo ámbito.

Así, Descartes planteaba que lo físico y lo espiritual son dos realidades separadas. Conforme a este planteamiento, el cuerpo era interpretado como una máquina y la enfermedad el resultado de algún elemento; la salud y la enfermedad pasan a tomarse como una cuestión puramente bioquímica, exiliando la importancia de los factores sociales y psicológicos, hoy por todos conocidos por su gran trascendencia en los trastornos psicosomáticos

El modelo biopsicosocial plantea la integración de los tres grandes factores que determinan la salud y la enfermedad de las personas. Son factores de tipo biológicos, psicológicos y sociales. Este nuevo modelo supera el reduccionismo del modelo médico, aceptando que la enfermedad tiene una causación múltiple siendo a su vez múltiples sus efectos.

El campo de la Psicología somática muestra el fracaso de la medicina para dar cuenta de ciertas lesiones corporales para las que no encuentra causa orgánica alguna. Ante este impase el discurso de la medicina, caracterizado durante el siglo XIX por una marcada tendencia biologicista, acepta la hipótesis de una causa psíquica para las enfermedades llamadas de psicología somática

A comienzos del siglo XIX, el término psicosomática es utilizado por primera ocasión por el psiquiatra alemán, J. C. Heinroth. Existen diversas conceptualizaciones en el abordaje de lo psicosomático, que varían según las bases teóricas en que se sustente cada una. Una definición actual posible sería la que sugiere Jorge Ulnik (2002): “Por estado psicosomático entiendo el modo de funcionamiento que se activa en cualquier paciente cuando frente a una situación que no puede elaborar reacciona con una enfermedad física, ya sea funcional u orgánica, cualquiera sea su etiología”.

Otra definición de enfermedad psicosomática, psicosomatismo, es que nos encontramos ante un trastorno orgánico con la característica de que la distinción fisiológica es demostrable; se presentan ligados a la estructura de personalidad del sujeto, articuladas a las circunstancias de su existencia, en definitiva, de su historia. Conviene añadir que se encuentra en conexión con situaciones de estrés donde la ansiedad deviene del propio interior del aparato psíquico o de su entorno exterior.

Por otra parte, es innecesaria la disociación entre mente y soma; o discutir si la enfermedad se inicia en el campo psíquico o en el somático, cuando la experiencia clínica y la larga bibliografía de la que disponemos nos muestran la importancia de la relación entre la psique y el cuerpo, y que las afecciones suelen afectar al sujeto como unidad.

El trabajo en el campo de la salud psíquica no se muestra al modo de otras patologías, como en la propuesta de las neurosis o las psicosis, y desde el llamado campo científico y biológico se articula no tanto la estrecha relación cuerpo-­‐mente, sino la etiogénesis en el campo psíquico de muchas enfermedades, esto es, el psicosomatismo

Podemos indicar que no es posible encontrar a un ser humano que, en ciertos momentos críticos, o no, de su vida, no haya experimentado síntomas psicosomáticos que van más allá de los que, por su mecanismo de formación, definiríamos como conversivos. 

Para la Escuela Psicosomática de Paris (Marty, M´Uzan, David, Fain, 1993), el paciente psicosomático está caracterizado por una insuficiencia en la mentalización, que le impide la expresión psíquica de sus conflictos.

Trastornos somatomorfos más comunes

Podemos señalar que los trastornos somatomorfos se caracterizan por la presencia de uno o más síntomas orgánicos crónicos que se hacen acompañar, además, de niveles importantes, desbocados, y desproporcionados de angustia, preocupaciones y dificultades en la vida cotidiana articulada con dichos síntomas.

Los trastornos somatomorfos vienen a reemplazar a otros diagnósticos utilizados anteriormente: el trastorno de somatización, el trastorno somatoforme indiferenciado y el trastorno por dolor.

En la tradición médica era habitual diagnosticar este tipo de trastorno de la salud mental (trastornos somatomorfos o psicosomáticos) en la medida en que la persona refería síntomas físicos que no se explicaban mediante un trastorno físico. En la actualidad, la definición se ha transformado en la dirección de centrarse en cómo una persona responde a sus síntomas o problemas de salud. Así, una persona dada bajo esta afección mental tiene pensamientos, sentimientos o preocupaciones excesivas sobre los síntomas físicos; es independiente de si la persona sufre en la realidad material un trastorno físico, es suficiente con que tenga este sentimiento y percepción acerca de sí.

Bajo la égida de los trastornos somatomorfos es frecuente presentar muchos síntomas; algunos presentan un único síntoma grave, fundamentalmente el dolor. Los síntomas también pueden ser específicos (por ejemplo, el dolor abdominal) o difusos (la fatiga). En los trastornos de somatización la preocupación puede ubicarse en cualquier parte del cuerpo.

Podemos señalar dos tipos de trastornos somatomorfos más comunes o incluirlos en estas categorías: el trastorno de síntomas somáticos (TSS) y los trastornos disociativos (conversivos). Así, indicamos los siguientes:

Trastorno de somatización

Se caracteriza por la presencia de múltiples síntomas físicos, como dolor, problemas gastrointestinales, síntomas neurológicos, entre otros, que no pueden ser explicados por una condición médica subyacente.

Trastorno de dolor somatomorfo

Se caracteriza por el dolor crónico y persistente que causa malestar significativo y deterioro en el funcionamiento diario.

Trastorno de ansiedad por enfermedad o hipocondría

Se caracteriza por una preocupación excesiva y miedo a tener una enfermedad grave, a pesar de la falta de evidencia médica que respalde dicha preocupación.

Trastorno de conversión

Ya señalamos en otro momento que los trastornos de conversión tienen la causa en un conflicto psíquico que el Yo del paciente no puede tolerar y que tras el retorno de lo reprimido se cristaliza en un síntoma en la propia instancia yoica.

Algunos de estos síntomas que pueden precipitarse a través de este trastorno somatomorfo pueden ser cefaleas, paratonía, disfunciones sexuales, intolerancia a algunas comidas, etc.

Trastorno dismórfico corporal

Se caracteriza por una preocupación obsesiva y excesiva por defectos percibidos en la apariencia física, lo que lleva a un malestar significativo y a una preocupación excesiva por la apariencia física. Igualmente, estos defectos percibidos se originan por un conflicto interno.

Ansiedad y fiebre ¿Están relacionadas?

A finales del siglo XX se precipita en el ámbito médico el término fiebre psicógena. En el hospital Universitario de Leiden en Bélgica se informa de un sujeto que está afectado de una fiebre episódica durante un periodo largo, más de trece años, sin que se motive la causa. Los fármacos antipiréticos no tienen el efecto deseado y se pasa a utilizar medicamentos relajantes y psicotrópicos; el síntoma remitió y fue tomado la fiebre como un síntoma psicosomático.

La fiebre emocional es provocada por el estrés y lleva a la elevación de la temperatura del cuerpo, llegando a un valor por encima de 37°; correlativamente, la ansiedad es una respuesta normal a una amenaza o una situación de estrés psicológico. 

Los síntomas que se pueden precipitar son:

  • Sensación de calor intenso
  • Enrojecimiento en el rostro
  • Sudor excesivo
  • Fatiga

El elemento que hay que diferenciar en la fiebre exógena es que se trata de un síntoma, que además se inscribe de lo que denominamos trastornos en la psicología somática. Pero la fiebre por estrés  no es una enfermedad, ni un trastorno, ni un síndrome; es eso, un síntoma, una producción subjetiva del individuo.

Estrategias psicoanalíticas para abordar estos síntomas

El síntoma se convierte en un valioso auxiliar, indicándonos que detrás de él, se agazapa un conflicto afectivo que el sujeto no puede soportar, que le produce un malestar consciente que le dificulta la convivencia y el hacerse con la vida.

El síntoma será un aliado en la medida en que sea escuchado para poder articular una investigación pormenorizada de aquello que se precipita en el mensaje que dicta. Si esto adquiere importancia es en tanto no conviene confundir el síntoma con el problema, tantas veces realizado por las terapias cognitivas conductuales, ya que si eliminamos el síntoma, la propia naturaleza generará otro, para que siga escuchándose aquello que aún no se ha leído, no ha llegado a su receptor, señalando persistentemente el mensaje de que hay problemas, los conflictos, a solucionar, a dar otra salida, y si no se atiende, el síntoma se va a hacer persistente hasta que el sujeto se dé por avisado y enterado.

El abordaje psicoanalítico  de trastornos somáticos, la estrategia general del psicoanálisis, se inscribe en su actitud general de intervención psicológica, esto es,  la escucha y la interpretación, que permita que el paciente pueda tomar conciencia, hacerse cargo de aquello que le pertenece, que puja en él de forma inconsciente y que se cristaliza en su retorno de lo reprimido como síntoma, eso tan íntimo que le representa.

Nuestros cursos abordan estas cuestiones sobre la psicología somática. Si necesitas más información ponte en contacto con nosotros.

Carrito de compra
Scroll al inicio
Enviar mensaje
¿En qué podemos ayudarte?
Hola bienvenid@ al Instituto Superior de Formación Apertura Psicológica, conocido como Isfap.

En Isfap nos esforzamos por ofrecerte la mejor experiencia de aprendizaje posible. Queremos que aproveches al máximo nuestros cursos y másteres 100% online y que te sientas apoyado en todo momento. Por eso, siempre estamos disponibles para responder cualquier pregunta que puedas tener y para ayudarte en lo que necesites. ¿Te ayudamos?
Resumen de privacidad

Esta web utiliza cookies para que podamos ofrecerte la mejor experiencia de usuario posible. La información de las cookies se almacena en tu navegador y realiza funciones tales como reconocerte cuando vuelves a nuestra web o ayudar a nuestro equipo a comprender qué secciones de la web encuentras más interesantes y útiles.