Introducción
El psicoanálisis se basa en la idea de estructura, de cómo un sujeto es determinado por la relación con los demás, de cómo esta relación constituye un fantasma que marca maneras de comportarse basadas en rasgos estructurales. De esta manera poco importa un síntoma aislado, ni sirve de nada proponerse corregirlo de por sí solo, sino que un síntoma es un anudamiento significante que dice mucho más de lo que en un principio parece decir.
Estructura proviene del latin struere, y significa construir. Tiene que ver con la distribución y orden de las partes de un todo que sólo puede entenderse en función de su disposición y relaciones. Se refiere a un mundo de reglas, un orden especial, cuyas reglas tienen que ver con el funcionamiento especial de dicha estructura. Cada estructura tendrá un sentido, es lo que le da valor a la estructura, lo que tiene que ver con la combinación especial de esos elementos.
Los síntomas no son equivalentes a una estructura, por lo que los manuales de diagnóstico tales como el DSM-5 y el CIE 10, pierden importancia. Cobra entonces significación los trazos simbólicos que operan estructuralmente. Es clave la noción de falo, caracterizada por la presencia de una ausencia, falo como representable simbólicamente, aunque no perteneciente al orden de las representaciones. La noción de falo implica la circularidad y significación de las funciones que permiten la constitución subjetiva de un sujeto.
Esta postura traza una línea divisoria entre la psicología, basada en el aprendizaje, la reeducación, el dominio, el aprendizaje, el acomodamiento, etc., y el psicoanálisis preocupado por el deseo del sujeto. En psicoanálisis se habla de sujeto, del deseo, y de un más allá que implica la noción de un goce como un más allá del principio del placer.
El yo divide al sujeto. Lacan toma una frase de Descartes: ”pienso, luego Soy” y la modifica en: “Soy allí donde no pienso”; si el sujeto piensa, entonces no es y si es no piensa. En psicoanálisis se evita la especulación consciente, y se habla de modificar el posicionamiento estructural y fantasmático.
Esquematizando sobre el campo “psi” en general puede decirse que las corrientes apoyadas en la reflexión conductual se basan en el esquema de estímulo – respuesta – estímulo. A partir de allí se explican patologías y se proponen su resolución desde ese esquema. Así las cosas, si alguna persona no come estará marcada por la influencia cultural de la estética de la delgadez, si un niño observa violencia por televisión este hecho contribuirá a una actitud violenta, y si un varón eyacula precozmente, será por su hábito de hacerlo así. Para el psicoanálisis este esquema es completamente insuficiente, y lo demuestran día a día todas aquellas personas que no responden de manera similar ante estímulos comunes.
El psicoanálisis sostiene que una cuota de libertad se adquiere al analizar el posicionamiento subjetivo que posee un sujeto y los significantes que lo determinan. Significantes organizados en una cadena basada en la diferencia.
Estructura y lenguaje
Desde 1906 y hasta 1911, Ferdinand de Saussure dictó tres cursos sobre lingüística general, manifestando el descubrimiento de las relaciones entre los elementos de la lengua y desentraña las oposiciones diferenciales entre ellos.
De esta manera nace la noción de sistema como estructura, en el cual el cambio de uno de sus elementos implica el cambio del sistema en su totalidad. Además, se afirma la oposición entre sistema (sincronía, eje de las simultaneidades) e historia (diacronía, eje de las sucesiones).
A partir de Saussure quedarán establecidas las bases de un pensamiento reflexivo que desconfía de las apariencias, de las cualidades y de las relaciones más evidentes, para descubrir las relaciones ocultas y las estructuras significativas, por la cual se puede acceder al sentido; estableciendo un sistema general. La reflexión estructural se realiza sobre la significación, en donde todo hecho tendría una función significativa.
Para Saussure, la lógica de todo lenguaje se basa en un principio dual. Haciendo la distinción entre lenguaje y habla. La lengua es el aspecto social y codificado del lenguaje; se trata de una convención, de un sistema universal de signos y por lo tanto es un modelo abstracto de variadas posibilidades combinatorias de signos. El habla, es un hecho individual y concreto; es el conjunto de signos que sirve para expresar una idea, o sea el modo particular de utilizar la lengua.
La fonación es la combinación de un sonido concreto con su imagen acústica, dada dentro del ámbito del habla. La lengua impondrá las leyes de combinación de los sonidos. Por lo tanto, el signo lingüístico une un concepto y una imagen acústica o un significado y un significante, no una cosa y un nombre.
Este signo lo considerará arbitrario, por ejemplo, el concepto árbol no se vincula por una relación de causalidad a los sonidos á-r-b-o-l. Es arbitrario y mutable, debido a que puede darse un desplazamiento entre la relación significado y significante.
La idea de estructura fundamentada por Saussure pasa a influenciar a varios pensadores, pero en especial a Lévi-Strauss. Lévi-Strauss a partir de su obra central “Las estructuras elementales del parentesco” (1949) postula la existencia de los sistemas de signos como objeto de la antropología. Es decir, el lenguaje mítico, los signos orales, los signos gesticulares, los signos rituales, las reglas de matrimonio y parentesco.
El estructuralismo de Lévi-Straus remite a Saussure y Jakobson, en donde lo relevante es la relación del significado con el significante. Considera a la fonología como punto inicial de las ciencias sociales, ya que permite establecer la noción de sistema. En donde se relacionan entre sí a los fonemas (unidad mínima de sonidos), los gustemas (unidad mínima del gusto), los mitemas (unidad mínima significativa que componen los mitos) y los átomos de parentesco; y su comportamiento se predice basándose en las reglas de la lingüística estructural.
Lévi-Strauss dice “Como los fonemas, los términos de parentesco son elementos de significación; como ellos, adquieren esta significación a condición de integrarse en sistemas. Por lo tanto, las relaciones de parentesco forman sistemas, con estrecha relación entre sus elementos, en donde la modificación de uno de ellos implica la modificación del sistema.”
Los modelos se transforman, cambian; lo que se mantiene inmutable son las leyes de transformación. Es necesario mencionar que todo sistema de parentesco se compone de un sistema de denominaciones, que es un sistema de vocabulario (madre, padre, tío, primo) y un sistema de comportamientos, de naturaleza psicológica y social (derechos, deberes, hostilidad, etc.).
Desde las producciones de Saussure y Lévi-Strauss, podemos conceptualizar la noción de estructura en Lacan, que aún apoyándose en estos pensadores produce su propio estructuralismo. Podemos partir de la hipótesis de que el lenguaje es constitutivo de la cultura y que el sujeto está tejido por la trama del lenguaje, abordando la concepción de un inconsciente estructurado como un lenguaje.
El sentido que Saussure le brindaba al significado y significante es de otro orden en Lacan, debido a que instala la supremacía del significante; esta diferencia tomará fundamental importancia en la escucha analítica. Si un analizante nos relata un sueño, lo que captamos son cadenas de significantes, y no significados, que son siempre escurridizos.
Cuando Lacan comienza a conceptualizar el orden simbólico, como constituyente del sujeto, equivale prácticamente al concepto de estructura. Señalando que la estructura es inseparable del lenguaje y asociando al lenguaje con la llamada ley de alianza, que es lo que Lévi- Strauss había descubierto en las “Estructuras elementales del parentesco”.
Lacan dice: “la ley primordial es aquella que reglando la alianza, superpone el reino de la cultura al reino de la naturaleza, librado a la ley de acoplamiento. La ley de alianza en psicoanálisis se llama complejo de Edipo.” Este es el eje subjetivo en torno al cual cada sujeto se organiza y su pivote será la prohibición del incesto.
En el Seminario III (Las psicosis), Lacan introduce modificaciones: “La estructura es un conjunto de elementos que forman un conjunto co-variantes de elementos”. Desaparece la referencia a lo dialéctico y a lo universal y habla de un conjunto de elementos. Lo universal permanecerá a nivel de la estructura, pero reducido al concepto lógico de universo de discurso.
Por otro lado, la idea de una estructura completa también queda cuestionada a partir de este mismo seminario a partir de la investigación de las psicosis en la medida en que descubre que en la estructura puede haber faltas.
Esta falta se sitúa a nivel de la estructura significante, es decir en el sujeto que habla puede faltar un significante. Este lugar vacío es central en la estructura y permitirá la transmutación entre los elementos.
De lo que se deriva que los elementos simbólicos no valen por sí mismos, sino por ser covariantes; del valor de un elemento dependen los demás, estando presente el vaciamiento, o sea la ausencia de significado o de todo sentido. Un término puede tener cualquier significado, no tienen una significación fija en el inconsciente. La significación será un efecto de estructura.
El lenguaje como estructura preexiste al sujeto, se apropia del sujeto y ese lugar de los significantes (Lacan) lo postula como Otro (A). El sujeto del inconsciente se forma en relación a este Otro del lenguaje, que estará barrado, es decir que por estructura nunca está completo y esa falta hace a la castración misma. Esta falta en la estructura, que tiene que ver con la castración, permitirá que el sujeto aparezca como deseante.
Si te ha gustado este artículo tenemos un curso de experto en desarrollos psicoanalíticos perfecto para ti.