El duelo
La pérdida de una persona amada entraña una de las experiencias más penosas y disruptivas para el ser humano. El intenso dolor que esto genera desborda al sujeto y lo sumerge en un estado de perplejidad, en el que toda su energía se vuelca sobre el objeto que perdió.
Freud define el duelo en 1917 como la reacción a la pérdida de una persona amada o la reacción a la pérdida de algo físico o simbólico de importancia significativa para el sujeto. Su descripción es “el duelo pesaroso, la reacción frente a la perdida de una persona amada o una abstracción que haga a sus veces; contiene un talante dolido, la pérdida del interés por el mundo exterior – en todo lo que no recuerde al muerto- la pérdida de la capacidad para escoger algún nuevo objeto de amor y el extrañamiento frente a cualquier trabajo productivo.
Otros autores han aportado importantes palabras a la definición del duelo, como Bowlby, Lindemann, Niemeyer, Rando, Kübler-Ross. Todos ellos acuerdan en comprender al duelo como un proceso normal y adaptativo en la vida de cualquier sujeto que sucede frente a la pérdida de una figura significativa y que, pasado cierto tiempo o realizado el trabajo del duelo es superado.
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El duelo anticipado
Rando define al duelo anticipado como un tipo de duelo que puede ocurrir cuando un individuo tiene la posibilidad de anticipar la muerte de un ser querido o la propia. El duelo anticipado es un proceso complejo que abarca multiplicidad de acciones frente al reconocimiento de la muerte propia o de alguien amado. El duelo anticipado se experimenta desde dos perspectivas diferentes: la perspectiva del enfermo terminal y la perspectiva de los otros que cuidan de él.
En la definición que Rando realiza de duelo anticipado, manifiesta que las pérdidas se refieren a aspectos pasados, presentes y futuros: “El fenómeno de duelo anticipado no se compone exclusivamente de pérdidas que se anticipan, sino que engloba el duelo por perdidas pasadas y presentes”. Esto sucede porque la pérdida no se refiere únicamente a la muerte de la persona sino a mucho más que ello.
Para Gatto el duelo anticipado “se caracteriza por la aparición del proceso de duelo antes de la perdida real del ser querido. Se vive la muerte del ser amado como si hubiera ocurrido en realidad, cuando todavía no sucedió”
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Etapas del duelo anticipado
Kübler-Ross en su trabajo “Los últimos instantes de la vida” detalla las fases por las que transita un individuo al morir; aborda el duelo anticipado desde la perspectiva de un sujeto en fase terminal, a diferencia de Rando que incluye a la familia
Existen 5 etapas de duelo fundamentales en lo que ella denomina el trabajo de muerte: negación, ira, pacto/negociación, depresión y aceptación. aborda el duelo anticipado desde la perspectiva de un sujeto en fase terminal
La autora observó que estas fases duraban diferentes periodos de tiempo; y se sucedían unas a otras o que en ocasiones se solapaban
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Negación
Una vez que se precipita el diagnóstico, se ponen en marcha los mecanismos de defensa. Kübler-Ross definió negación como la imposibilidad de aceptar y reconocer como un hecho real que se padezca la enfermedad, por lo que el diagnóstico recibido se atribuye a errores médicos o algún tipo de equivocación
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Ira, cólera y la agresividad.
Es la segunda fase por la que se atraviesa frente al diagnóstico.
La ira es definida como una reacción emocional de rabia, envidia, resentimiento y hostilidad por haber perdido la salud y es depositada hacia todo el entorno que se percibe bien como responsable de la enfermedad o están libres de la enfermedad. La agresividad y reproches se dirigen al personal sanitario, familiares, amistades, e incluso contra el propio sujeto; por ejemplo, al sentirse culpable de haberse provocado la enfermedad se pueden precipitar conductas autolíticas
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Pacto/negociación
También se la define como la etapa del regateo. Emerge “la irrupción de lo irracional”, en donde el sujeto intenta pactar con lo que sea o con quien sea necesario para acordar una prórroga o extender el plazo. Introduce con ese otro al que se dirige un intercambio simbólico. Es una forma de afrontar la culpa y se establece con aquellos ante los cuales anteriormente se depositó la ira; ahora no se perciben como culpables, sino que están comprometidos en la curación del paciente. El resultado es que el sujeto se promete alcanzar metas terapéuticas, de supervivencia o incuso de desarrollo personal, deja de lado las conductas autoagresivas y se compromete con los protocolos médicos
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Depresión
Una vez que las posibilidades disminuyen y la fuerza y las esperanzas se agotan, el individuo lentamente se desplaza a la cuarta fase.
La depresión son sentimientos de un profundo vacío y dolor ante la situación dificultosa que el paciente vive; el sujeto adopta una actitud de claudicación ante la enfermedad. En esta fase puede abandonar el tratamiento y dejar de ir a las citas médicas.
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Aceptación
Esta fase es la aceptación de la inevitabilidad de la muerte, que le permitiría acoger la muerte con serenidad.
La aceptación se define como el reconocimiento de la enfermedad y situación de dolor y limitaciones que conlleva, sin buscar culpables, ni adoptar una posición derrotista, sino asumir una actitud responsable de lucha y supervivencia. Esta fase se precipita tras evaluar las pérdidas y resignificar la situación que se vive. Kübler-Ross señalaba que la fase de aceptación no debía ni tomarse como resignación ni la estadía de un estado de felicidad.
Es preciso señalar que el problema que existe acerca de estas cinco fases que plantea Kübler-Ross acerca del proceso de duelo es el consenso de los constructos que se señalan. Son tres los constructos que plantean una cierta confusión: la negación, la depresión y la aceptación.
En la fase de la negación Moyer y Levinet se preguntan si podemos considerarla como una respuesta normal o es una perturbación psicológica. Al respecto, parece que la mayoría se inclina a pensar que ante la amenaza de la vida es una respuesta normal, lo que estaría al nivel con respecto de la propuesta de Kübler-Ross.
El otro constructo es el de la depresión, ya que alrededor de ello no hay un consenso entre psiquiatras y psicólogos. Estos últimos se inclinan más por los aspectos afectivos, sociales y cognitivos, mientras que los psiquiatras privilegian los biológicos.
Por último señalamos el constructo de la aceptación de la situación; algunos autores se inclinan por utilizar el término resignación como una estrategia de afrontamiento emocional, mientras que otros optan por hablar de adaptación a la enfermedad en la medida en que la precipitación del diagnóstico lleva a una crisis, no siendo el único momento donde se quiebra la homoestasis del sujeto, sino que el inicio de cada nueva fase empuja al desequilibrio, exigiendo al paciente ya su familia a adaptarse al nuevo momento
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¿Cuáles son las diferencias entre duelo y duelo anticipado?
La diferenciación con respecto al duelo es fundamental para comprender el concepto de duelo anticipado.
Por un lado, el duelo anticipado, tanto en la familia como en el enfermo, se diferencia del duelo posterior a una muerte en que es limitado por el tiempo y en que, según Kehl, “[…] puede ser hasta más agudo e intenso que el duelo posterior a una muerte”. El duelo posterior a la muerte, por otro lado, no tiene un desenlace claro según la autora, e incluso, puede ser indefinido – en este caso, el sujeto caería en una melancolía: todo duelo no resuelto, se transforma en melancolía-.
Otra diferencia fundamental entre ambos es que, mientras que el duelo posterior a una muerte es vivenciado únicamente por aquellos allegados al difunto, el duelo anticipado es vivenciado por ambas partes, tanto por el enfermo como por sus seres queridos. Kehl también postula que la aceleración en el tiempo es otra variable que permite diferenciar entre ambos tipos de duelo. Se espera que a medida que los deudos transitan el duelo de un ser querido, la pena vaya disminuyendo y el dolor sea cada vez menos intenso. En el duelo anticipado por lo general aumenta en intensidad a medida que la muerte se aproxima. Aumentarían la ansiedad, la tensión y la angustia
¿Cómo ayudar a alguien en duelo?
El duelo es un proceso natural de despedida que, en ocasiones, puede volverse patológico, llegando incluso a incapacitar a las personas a la hora de afrontar su día a día. Por ello, la terapia juega un papel fundamental en el proceso del duelo, siendo importante aplicar los conocimientos adquiridos en trauma y duelo para la superación del mismo. Si deseas profundizar en esta clase de conocimientos, te recomendamos formarte en trauma y duelo.