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Pruebas periciales en Psicología Forense

I. Introducción

El peritaje psicológico como proceso de evaluación psicológica finaliza con la emisión de un informe; requiere de la aplicación de diferentes técnicas de evaluación. 

Vamos a articular diferentes elementos dentro de la evaluación psicológica forense. La primera va a incumbir sobre un ámbito concreto de intervención en la psicología forense: el contexto penal. La segunda articulación va a dirigirse a indicar las pruebas que provienen del campo propio de la psicología forense, y por fin el monto mayor de pruebas existentes en la evaluación del peritaje, que son las que provienen del campo clínico. A su vez, realizaremos los instrumentos que se utilizan para la población infantil y aquellos que serán los que hagamos intervenir en la población adulta.

II. Peritación psicológica en el ámbito penal.

En primer lugar, realizamos la consideración que en el contexto penal los niños de menos de 14 años son por definición de la ley inimputables, lo cual no impide que en función del caso que se trate se puedan establecer medidas de seguridad. Tampoco, ciertamente va a impedir que el psicólogo forense que trabaje con menores pueda y deba realizar las evaluaciones que el Fiscal le inste a realizar y cuyo informe será emitido conjuntamente con otros dos profesionales. (particularidad del abordaje con menores).

La siguiente aclaración es la pertinente a señalar que los instrumentos de evaluación forense para la valoración de la imputabilidad, provenientes del ámbito anglosajón, son el MSE y RCRAS. El primero evalúa la existencia de alteraciones, o no, en el sujeto acusado en el momento de cometer el delito. Por su parte, el RCRAS permite cuantificar las principales variables psicológicas y ambientales de la conducta del acusado en el momento del delito.

III. Pruebas propias de la psicología forense

A continuación, indicamos las pruebas que son propias de la psicología forense.

∙ La entrevista cognitiva y el registro psicofisiológico que tienen la utilidad de evaluar la veracidad del testimonio.  Esta segunda prueba, el polígrafo, en España no es aceptada como medio de prueba.

∙ PCL-R, y PNP cuyo objeto es evaluar la personalidad psicopatológica.

-Entrevista Cognitiva (Soria y Hernández, 1994; Diges y Alonso-Quecuty, 1994).

Esta entrevista se utiliza para mejorar el recuerdo de víctimas o testigos de un acontecimiento, una situación, un delito, o una persona.  

Esta entrevista se basa en la existencia de diversos canales de recuperación de la información previamente almacenada en la memoria, ya que al igual que se conocen distintas formas de codificar un hecho, este mismo hecho puede recuperarse siguiendo diferentes pautas.  

-Registro psicofisiológico. Polígrafo.

Esta prueba se utiliza para comprobar la veracidad del testimonio de un sujeto a través de los cambios producidos a nivel psicológico en diversas variables: temperatura corporal, tasa cardiaca, respiración, conducción electrodérmica y presión sanguínea.

Se presentan al sujeto una serie de preguntas, control, relevantes e irrelevantes, que anteriormente ha debido repasar, y se registran los cambios psicofisológicos experimentados en cada una de las variables anteriores ante la lectura de las preguntas y ante la emisión de cada una de sus respuestas.

-Cuestionario PNP (Pichot, 1997)

Cuestionario para adolescentes y adultos; detecta las tendencias paranoicas, neuróticas y psicopáticas.  

Está compuesto de siete escalas: Insinceridad, Gustos alimenticios, Conexiones verbales, Cuestionario neurótico, Tendencias neuróticas, Tendencias paranoicas, Tendencias psicopáticas.

El cuestionario puede ser aplicado con dos finalidades distintas:

• Discriminación de los sujetos con alteraciones patológicas.  Todo sujeto que obtenga una puntuación T de 70 o superior en cualquiera de las siete escalas, tiene probablemente anomalías patológicas.

• Diagnóstico del tipo de tendencias patológicas.  Este uso puede considerarse como complementario al anterior.  Lo más probable es que el rasgo patológico predominante del sujeto sea aquel que corresponde a la escala en la cual obtiene la T más elevada.

-PCL-R (Hare, 1991).

Esta técnica está elaborada a partir de poblaciones forenses.  Aunque originalmente dicha técnica se diseñó con muestras anglosajonas, en la actualidad está traducido al castellano y adaptado por TEA en 2013 cuyo autor es Torrubia.

Esta prueba consiste en una escala de 20 ítems que mide trastornos de la personalidad psicopatológica, antisocial.  La puntuación total indica el grado en que un sujeto puede considerarse como un psicópata típico. Proporciona dos factores de psicopatía: 

Factor 1: egoísmo, uso de otras personas para fines propios sin remordimientos.

Factor 2:  estilo de vida crónicamente inestable y antisocial. 

IV. Técnicas de evaluación en peritaje forense que provienen del campo de la Psicología clínica

A partir de aquí las técnicas que disponemos ya son las que provienen del campo de la evaluación en psicología clínica. Las técnicas serán utilizadas en función de lo que deseamos evaluar.

IV.I. Técnicas de evaluación de la inteligencia

El uso de test de inteligencia en el ámbito de la psicología forense es necesario de cara a conocer las capacidades cognitivas del sujeto que es objeto del peritaje judicial; la capacidad intelectual puede determinar y condicionar múltiples decisiones acerca de un individuo en particular

-Escala de Inteligencia de Wechsler para Adultos: WAIS-III-Wechsler, 1999.

El WAIS constituye uno de los instrumentos de evaluación más importantes y generalizado dentro de la evaluación de la inteligencia. Después de años de su aparición en España TEA se ha encargado de realizar sucesivas adaptaciones. En la actualidad contamos con la versión V de esta prueba

-Matrices progresivas de Raven 

Las Matrices Progresivas de Raven subsanan los factores académicos y/o culturales:   evalúan el factor G de la inteligencia, inciden en un rendimiento exento de los condicionantes académicos. Existen tres versiones diferentes: versión general (SPM), versión infantil (CPM) y dotación elevada (APM). 

– Escala de Inteligencia de Wechsler para niños revisada: WISC-R. Wechsler, 1993.

El WISC-R permite evaluar la inteligencia infantil desde los 6 a los 16 años, muestra una estructura muy similar al resto de escalas de Wechsler.  Nos permite la obtención de un cociente intelectual verbal (CIV), un cociente intelectual manipulativo (CIM) y un cociente intelectual total (CIT)

– Batería de evaluación de Kaufman (K-ABC) -Kaufman y Kaufman, 1997- Estimada para niños.

La batería de evaluación K-ABC de Kaufman evalúa la inteligencia de niños comprendidos entre los 2 ½ y los 12 ½ años, cubriendo por tanto un rango de edad similar a las escalas de Wechsler para niños; una diferencia importante con respecto a éstas es que el K-ABC no se centra tanto en los logros académicos o conocimientos. De este modo la batería se interesa más por los procesos que el niño realiza a la hora de resolver un problema que por la solución.  

IV.II. Técnicas de evaluación neuropsicológica

Dentro de los peritajes judiciales, a veces, se precisa determinar posibles daños o lesiones neuropsicológicas que expliquen determinadas deficiencias cognitivas, psicomotoras, que pueda manifestar un sujeto y que dificulten o impidan la comparecencia en un juicio o sean la secuela de algún delito. 

Como pruebas neuropsicológicas, describimos dos baterías diferentes: 

•Test Barcelona para sujetos de más de 20 años, 

•Cuestionario de Madurez Neuropsicológica Infantil: CUMANIN. Determinado para niños de 3 a 6 años.

-Test Barcelona -Peña-Casanova, 1990-.

El test Barcelona supone una sistematización de evaluación neuropsicológica realizada a partir de métodos clásicos recogidos de la literatura y de pruebas diseñadas por el propio autor, permitiendo una interpretación cuantitativa y cualitativa del paciente. 

El perfil que se obtiene nos proporciona información sobre las siguientes variables: orientación, atención y concentración, lenguaje (oral, escritura y lectura), praxias, gnosias, memoria, abstracción, y cálculo y solución de problemas; para la elaboración del perfil, que sigue una escala en percentiles, se tiene en cuenta la edad y los años de escolaridad del sujeto. 

Cuestionario de Madurez Neuropsicológica Infantil (CUMANIN) (Portellano Pérez, Mateos Mateos, Martínez Arias, Tapia Pavón y Granados García-Tenorio, 2000).

El CUMANIN viene a suplir la falta de baterías neuropsicológicas en edades tempranas, siendo aplicable a niños de 3 a 6 años. La prueba permite evaluar el grado de madurez neuropsicológica alcanzada por el niño, así como la posible presencia de indicadores de disfunciones cerebrales (Portillo Pérez y cols., 2000); consta de trece escalas; evalúa cuatro de las funciones mentales básicas que se deben incluir en cualquier evaluación neuropsicológica: lenguaje, memoria, motricidad y sensorialidad. 

El test permite la elaboración de un perfil neuropsicológico, una vez transformadas las puntuaciones directas en centiles; además de las puntuaciones parciales en cada escala se puede obtener un cociente de desarrollo, así como una puntuación en desarrollo verbal y otra en desarrollo no verbal.

IV.III. Técnicas de evaluación de la personalidad

La evaluación de los rasgos de personalidad normal o patológica es una constante en los peritajes judiciales. Conocer los patrones habituales de comportamiento de un determinado individuo se hace indispensable a la hora de tomar decisiones en el ámbito jurídico; así mismo, es necesario conocer si el sujeto evaluado presenta alguna psicopatología. Toda esta información nos la proporcionan los diferentes test de personalidad elaborados a lo largo de la historia de la evaluación psicológica. 

Algunos de ellos nos permiten conocer si el sujeto tiene tendencia a mentir, para ello se incluyen las escalas de deseabilidad social y simulación, cuestión que permite indicarnos la validez o invalidez de la prueba realizada.

-Evaluación de rasgos de personalidad normal (EPQ-A, EPQ-J, EPI, 16PF-5 y PPG-IPG) 

El EPQ-J (para poblaciones de ocho 8 a quince años) y el EPQ-A (instrumentalizado a partir de dieciséis años) nos proporcionan información acerca de tres dimensiones básicas de la personalidad: neuroticismo, extraversión y psicoticismo o dureza; y de la sinceridad del sujeto. 

El sujeto que puntúa alto en neuroticismo se caracteriza por ser ansioso, preocupado, con cambios de humor y frecuentemente deprimido; sus fuertes reacciones emocionales le dificultan una adaptación adecuada. Por su parte, el sujeto que puntúa alto en extraversión es sociable, buscador de excitación, arriesgado, despreocupado y optimista.

Una puntuación alta en psicoticismo muestra a una persona solitaria, despreocupada de los demás, que les crea problemas, puede ser cruel e insensible.  

En el EPQ-J, además de la puntuación en estas tres escalas se puede obtener una puntuación en conducta antisocial o de propensión a la criminalidad. 

Cuestionario de Personalidad (EPI) (Eysenck y Eysenck, 1994).

EPI (para poblaciones de adolescentes y adultos): evalúa dos dimensiones de la personalidad: neuroticismo (emotividad o ansiedad), estabilidad emocional y extraversión – introversión.  Además, incluye una escala de sinceridad.  El sujeto que puntúa alto en neuroticismo tiende a ser emocionalmente hipersensible y presenta dificultades para recuperarse después de una situación emocional, así mismo, manifiesta con frecuencia estados de preocupación, ansiedad y otros sentimientos desagradables.

El sujeto que puntúa alto en extraversión tiende a ser expansivo, impulsivo, no inhibido y suele tener numerosos contactos sociales.  Por último, la escala de sinceridad resulta fiable, válida y útil para identificar a los sujetos que tienden a responder en un sentido deseable.

16PF-5 (Cattell y Cattell, 2000).                                                             

El 16PF-5 es el test más utilizado en la evaluación de la personalidad. La ventaja de este instrumento frente a otros como el EPQ descrito anteriormente es que nos proporciona un perfil completo de la personalidad

Perfil e Inventario de Personalidad: PPG-IPG. Gordon, 1996.

El PPG-IPG (para población de adolescentes y adultos) evalúa nueve rasgos básicos de la personalidad. El PPG permite una medida bastante simple de cuatro aspectos de la personalidad que resultan significativos en la vida cotidiana: la Ascendencia (Asc), la Responsabilidad (Res), la Estabilidad emocional (Est) y la Sociabilidad (Soc).  Además, el perfil ofrece la posibilidad de una medida conjunta de Autoestima (Aut) basada en la suma de las puntuaciones en los cuatro rasgos anteriores.

El IPG es un instrumento complementario para medir cuatro rasgos adicionales: la Cautela (Cau), la Originalidad de pensamiento (Ori), la Comprensión (Com) en las relaciones personales y la Vitalidad (Vit) en la acción).   

Todos estos rasgos pueden interpretarse como factores bipolares en los que una puntuación alta indicará que las características del sujeto están más cerca del constructo aludido con el término, mientras que una puntuación baja podría interpretarse como falta de las características de dicho rasgo.

Test clínicos (MMPI-2 y MCMI-II).

Inventario Multifásico de Personalidad de Minnesota-2: MMPI-2 (Hathaway y McKinnley, 1999).

Su empleo sigue siendo algo habitual en el diagnóstico de trastornos psicopatológicos en población adulta. 

La versión actual del MMPI-2 incluye junto a las escalas de validez y básicas clásicas otro grupo de escalas de contenido que ayudan a mejorar el diagnóstico clínico. 

La versión actual del MMPI-2 incluye junto a las escalas de validez y básicas clásicas otro grupo de escalas de contenido que ayudan a mejorar el diagnóstico clínico. Contamos con la versión del MMPI-RF (50 escalas) que proporciona, una evaluación actualizada de las variables clínicamente relevantes que subyacen al conjunto de ítems del MMPI; con respecto de este la versión RF reduce el número de ítems del MMPI-2 y de tiempo aplicación (35-50 minutos)-

En el MMPI-2, las escalas de validez L, F y K se utilizan para controlar el grado de sinceridad del sujeto; describe  diez escalas básicas: hipocondría, depresión, histeria de conversión, desviación psicopática, masculinidad-feminidad, paranoia, psicastenia, esquizofrenia, hipomanía e introversión social; y quince escalas de contenido: ansiedad, miedos, obsesividad, depresión, preocupaciones por la salud, pensamiento estrafalario, hostilidad, cinismo, conductas antisociales, comportamiento tipo A, baja autoestima, malestar social, problemas familiares, interferencia laboral e indicadores negativos 

-Inventario Clínico Multiaxial de Millon-II: MCMI-II (Millon, 1998). 

En la actualidad Millon-IV. Entre los dos se encuentra el Millon-versión III.  El MCMI-IV conceptualiza los patrones de personalidad en un nuevo espectro. Cada conducta se describe con 3 niveles de funcionamiento de la personalidad: estilo normal, tipo anormal o trastorno clínico. Incorpora un nueva escala de patrón de la personalidad, Tempestuoso, de acuerdo con la última conceptualización teórica de los trastornos de la personalidad formulada por Millon. 

Las Escalas de facetas de Grossman adaptadas por primera vez a la población española, diseñadas para ofrecer información más detallada y precisa sobre patrones clínicos y patología grave de la personalidad. E incorpora nuevos ítems y modificaciones de los existentes que mejoran la interpretabilidad de las puntuaciones de las escalas y ofrecen información clínicamente más útil y relevante.

Se dirige a la población mayor de dieciocho años. El Millon es el instrumento más utilizado en la evaluación de los trastornos de personalidad. El cuestionario está fundamentado en la teoría que el propio autor desarrolla de la personalidad, y tiene la ventaja de que los diagnósticos que proporciona se ajustan a las clasificaciones de los Manuales del DSM. 

Se incluyen cuatro escalas de validación: validez, V; sinceridad, X; deseabilidad, Y; alteración, Z. El test incluye 10 escalas básicas de personalidad y tres escalas de síndromes clínicos de gravedad severa: pensamiento psicótico, depresión mayor y trastorno delirante (Millon, 1998) del tratamiento (Hathaway y McKinnley, 1999).

Test proyectivos gráficos y temáticos (Test del árbol, de la figura humana, de la familia, y test de apercepción temática TAT)

Una de las características a tener en cuenta, y no solo con los test proyectivos, es que no podemos basarnos en una peritación forense solo en la instrumentalización de alguno de ellos; precisamos de más de este tipo y combinándolos con otros de carácter, por ejemplo, psicométrico o test estructurados. 

-Test de la figura humana. 

El test de la Figura Humana fue elaborado en 1949, utilizándolo para la exploración de la personalidad. Por medio del cuerpo se manifiesta lo que se es y aquello que se quiere ser en lo más profundo del ser.

El análisis de los dibujos al igual que las técnicas proyectivas requieren que el psicólogo clínico posea conocimiento acerca de los dinamismos de la personalidad, tanto en lo que respecta al desarrollo normal como en cuanto a las desviaciones de la normalidad. La experiencia y la práctica clínica contribuyen a afinar y aquilatar su administración.

Unidos a otras técnicas de estudio de la personalidad, proporcionan una concepción sólida y rica en contenido de la personalidad.

El dibujo de la figura humana se ha aplicado para estudiar los esquemas de desarrollo o crecimiento en los niños de ciudad, en la pubertad y adolescencia. También como técnicas de selección para ocupaciones profesionales, y para estimar el progreso y mejoras debidas al propio tratamiento analítico.

-Test del árbol

La población a la que va destinada este test es infantil, adolescente y adultez. El primer autor que hizo un despliegue más o menos sistemático del test del árbol fue Charles Koch; posteriormente le sucedieron más, entre ellos Renée Stora. Con el método del test del árbol de Karl Koch se puede tener una visión global de la personalidad del sujeto: Los estados emocionales. La manera de establecer relaciones humanas, de sus tendencias y deseos (consciente e inconsciente). Sus conflictos más íntimos y profundos.

-Test de la familia. 

Existen numerosos antecedentes en cuanto a la autoría de este test.  Por fin, en 1961, Louis Corman publica en Francia un nuevo desarrollo del test con el objeto de utilizarse en el ámbito asistencial. Otros autores han hecho referencia al dibujo de la familia:  Koppitz, Morval, Deren y Di Leo. La técnica es útil para evaluar las actitudes del niño respecto de sus padres y hermanos y las fantasías concernientes a su propia inscripción en el núcleo familiar. Es susceptible de operarse ante la población infantil adolescente y adulta.

-Test de Apercepción temática. TAT

el TAT es hoy en día uno de los tres instrumentos más empleados en la exploración clínica, junto con el test de Rorschach y el Inventario Multifásico de Personalidad, de Minnessota, MMPI. La prueba demanda al sujeto la invención de relatos a partir de fotografías que se le muestran

La técnica del T.A.T. reposa sobre una teoría de la personalidad, que a partir de 1938 Murray publica en su libro “Exploraciones de la personalidad”, donde expone su sistema teórica centrado sobre la dualidad “necesidad-presión” -“needs-press”- , poniendo como hipótesis principal la identificación del narrador al personaje central por medio del sesgo desde donde expresa sus propias “necesidades”, siendo los demás personajes y/o el medio los encargados de representar las presiones que resiente el narrador. Ya en 1943 Murray presenta el Manual del T.A.T. en su forma definitiva, constituido por un juego de 31 láminas y un manual de aplicación.

IV. IV. Técnicas de evaluación de la adaptación

En este apartado vamos a describir algunas pruebas que se utilizan en la evaluación de adolescentes, fundamentalmente, en su adaptación a diferentes medios.

Estos instrumentos pueden ser útiles a la hora de realizar un peritaje judicial con el fin de conocer el grado de adaptación

Presentamos las siguientes técnicas:

La Escala de Satisfacción Familiar por Adjetivos: ESFA.  (Barraca y López-Yarto, 1999).

Este inventario es un test rápido de aplicar que evalúa la satisfacción familiar a partir de distintos adjetivos. Cada uno de los 27 ítems está formado por una pareja de adjetivos antónimos, por ejemplo, feliz-infeliz. El sujeto debe elegir en una escala desde “totalmente” a “algo” el grado con que se identifica en cada adjetivo.

La Escala de Habilidades Sociales: EHS.  (Gismero, 2000).

Esta escala evalúa la aserción y las habilidades sociales y está formada por siete factores:

-Autoexpresión en situaciones sociales, Defensa de los propios derechos como consumidor, Expresión de enfado o disconformidad, Decir no y cortar interacciones, Hacer peticiones, Iniciar interacciones con el sexo opuesto, Un factor global que es el resultado de sumar los valores obtenidos en los seis factores anteriores. A mayor puntuación en cada uno de estos factores, el sujeto expresa más habilidades sociales y capacidad de aserción en distintos contextos.  

El Inventario de Adaptación de Conducta: IAC. (De la Cruz y Cordero, 1999)

Este inventario constituye una prueba de adaptación a cuatro niveles diferentes: personal, familiar, escolar y social. El IAC se ha elaborado fundamentándose en los cambios característicos de la adolescencia. Así, en el aspecto personal se observa preocupación por la evolución del organismo, sentimientos de inferioridad y falta de aceptación de los cambios corporales.

En el ámbito familiar surgen actitudes críticas, dificultades en la convivencia y falta de aceptación de las normas establecidas. En el contexto escolar aparecen posturas de censura o rebeldía frente a la organización de la escuela y a la actuación de los profesores y compañeros.

En el plano social, tienen lugar conductas negativas, deseos de aislamiento, actitudes críticas e inseguridad. 

-El Test Autoevaluativo Multifactorial de Adaptación Infantil: TAMAI. (Hernández-Hernández, 1996).

Este instrumento permite evaluar la inadaptación personal, social, escolar, familiar y las actitudes educadoras de los padres, incluyéndose diferentes factores dentro de cada una de estas áreas que permiten establecer la causa de la inadaptación. Los autores informan de datos psicométricos aceptables para la prueba.

-La Batería de Socialización: BAS.  (Silva y Martorell, 1999)

Esta batería evalúa varios aspectos de la conducta social en niños y adolescentes en ambientes escolares y extraescolares.  Está compuesta por tres baterías que pueden ser administradas de forma independiente.  

El BAS-1 para profesores y el BAS-2 para padres son equivalentes, cambiando solo algunos términos para adecuar el texto al ambiente específico (escolar o extraescolar). 

Ambas baterías contienen ocho escalas: cuatro escalas de aspectos positivos/facilitadores, tres escalas de aspectos negativos/perturbadoras/inhibidores y una escala donde se obtiene una apreciación global de la socialización.

IV. V. Técnicas de evaluación de trastornos específicos

Son instrumentos específicos para la evaluación de la ansiedad, depresión, ira y conducta antisocial tanto en población adulta como en infantil. Nos centraremos exclusivamente en los más significativos.

-Beck Depresión Inventory: BDI.

El BDI es uno de los instrumentos más empleados para evaluar la depresión. En España existen dos adaptaciones (Conde, Esteban y Useros, 1976; Vázquez y Sanz, 1991).

En 2011 se publicó la primera adaptación española del Inventario de Depresión de Beck-II (BDI-II). Entre esta y la primera versión existe otra: BDI-IA.

En todas las versiones se mantienen 21 ítems, cada uno de ellos compuesto por varias afirmaciones sobre un mismo síntoma depresivo que se presentan ordenadas de menor a mayor gravedad y entre las cuales la persona evaluada debe escoger la que mejor describa su estado; además, en cada ítem las diferentes afirmaciones se puntúan de 0 a 3, por lo que el rango de puntuación del inventario es el mismo, 0 a 63. 

Sin embargo, las tres versiones también presentan diferencias importantes en su contenido (el marco temporal de sus instrucciones, el contenido de sus ítems, el número de alternativas de cada ítem) que han dado lugar a diferencias en la interpretación de sus puntuaciones 

Cuestionario de Ansiedad Estado-Rasgo: STAI. (Spielberger, Gorsuch y Lushene, 1982).

Se compone de un total de 40 ítems; 20 para cada subescala. Los sujetos describen como se sienten generalmente: ansiedad-rasgo; o en ese momento: ansiedad- estado.

La subescala de ansiedad estado nos permite detectar las conductas de ansiedad en el momento actual; en esta última subescala las categorías de respuesta son casi nunca/a veces/a menudo/casi siempre. 

Es posible obtener puntuaciones separadas para cada escala. Se dirigen a la población adulta 

El Cuestionario de Ansiedad Infantil: CAS (Gillis, 1992).

Permite detectar los niveles de ansiedad en niños de 6 a 8 años; su aplicación es sencilla y muy atractiva para el niño. 

El Cuestionario de Autoevaluación Ansiedad Estado/Rasgo en niños: STAIC. (Spielberger, 1998).

El STAIC presenta las mismas características que el de adultos (STAI), ya incluido anteriormente. 

El Cuestionario de Depresión para Niños:  CDS (Lang y Tisher, 2000)

Permite la evaluación global y específica de la depresión en los niños proporcionando puntuaciones en dos factores: total depresivo y total positivo. Cada uno de estos factores da lugar a otras subescalas.

La primera de ellas proporciona puntuaciones en respuesta afectiva, problemas sociales, autoestima, preocupación por la muerte y salud, sentimiento de culpabilidad y síntomas depresivos varios.

El segundo factor da lugar a puntuaciones en ánimo-alegría y elementos positivos varios. 

El Inventario de Situaciones y Respuestas de Ansiedad: ISRA. (Miguel-Tobal y Cano-Vindel, 1997).

Mide tanto situaciones como respuestas de ansiedad a partir de los 16 años.  Recoge conductas o respuestas pertenecientes al sistema cognitivo, al fisiológico y al motor de cuatro factores: 

• Ansiedad ante la evaluación: Situaciones que implican ser evaluado y situaciones en que el sujeto debe tomar decisiones o responsabilidades.

• Ansiedad interpersonal: Situaciones de carácter interpersonal, tales como las de tipo sexual o aquellas que implican relaciones directas con otros individuos.

• Ansiedad fóbica: Situaciones en las que aparecen como elementos centrales estímulos fóbicos.

• Ansiedad ante situaciones habituales o de la vida cotidiana: Situaciones que tienen que ver con el contexto y el quehacer diario y habitual de un sujeto.

Inventario de Expresión de Ira Estado-Rasgo: STAXI-2 (Miguel-Tobal, Casado, Cano-Vindel y Spielberger, 2001).

Inventario para adolescentes y adultos mide dos componentes principales, el Estado de ira y el Rasgo de ira. Consta de seis escalas, cinco subescalas y un índice de expresión de la ira que ofrece una medida general de la expresión y control de la ira.

Cuestionario A-D: Conductas Antisociales-Delictivas (Seisdedos, 2000).

Cuestionario para niños y adolescentes. Evalúa dos dimensiones de la conducta desviada: 

•La conducta antisocial (A): conductas que pueden definirse como “actos gamberros” que no están fuera de la ley (alborotar, decir tacos, pisotear plantas, etc.).

•La conducta delictiva (D): conductas que están fuera de la ley (robar, forzar una entrada, amenazar con algún arma, etc.).

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