La psicopatología es el estudio de los trastornos mentales y emocionales, una disciplina esencial para entender y tratar problemas psicológicos. En este artículo, te contamos qué es la psicopatología y por qué es fundamental en el campo de la psicología.
I. La importancia de la psicopatología
Las actividades terapéuticas psicológicas precisan, necesitan, del estudio de la psicopatología, esto es, del conocimiento de los estados de los trastornos psicopatológicos para poder elaborar diagnósticos y dirigidos al abordaje de estrategias de tratamiento adecuadas a cada paciente.
Aunque si bien la psicopatología clínica está llamada a aportar información relevante sobre el estado mental siendo indispensable tomarla en cuenta para iniciar un tratamiento psicoterapéutico, no alcanza a describir la complejidad del ser humano.
Las observaciones diagnósticas que se alcanzan en los primeros encuentros con un paciente tienen un carácter provisional, se formalizan como hipótesis limitadas e insuficientes, que podrán ser desechadas, confirmadas o modificadas en algunos de sus términos a lo largo del tratamiento de los diferentes trastornos psicopatológicos.
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Definición de la psicopatología
Muchos autores han intentado definir qué es la psicopatología y su importancia. Así la han indicado como una ciencia que estudia las desviaciones patológicas de la vida psíquica, muchas veces centradas en las psicosis y psicopatías, y que han constituido la base científica de la psiquiatría.
Maher alcanza a analizar a los diferentes trastornos psicopatológicos desde una perspectiva social expresando que la psicopatología es la ciencia de la conducta desviada denominándola finalmente como una ciencia experimental cuyo objetivo es llegar a la formulación de principios y leyes generales que permitan explicar muchos y muy diversos tipos de trastornos psicopatológicos que alteran el comportamiento.
Otros autores definen a la psicopatología como una ciencia descriptiva que estudia en forma científica la fenomenología de los trastornos del funcionamiento psicológico, y su resultante, los trastornos de la conducta humana. De ello, se deriva que solo se le podrá denominar patológico a aquellos elementos que logran modificar el funcionamiento psicológico en forma global y que perturban la adaptación del sujeto al mundo que lo rodea. Se precipita la idea a poner en juego la normalidad o lo que se denomina normalidad del aparato psíquico.
Zeigarnik (1981) postula una definición más compleja de la psicopatología: “Como disciplina psicológica, parte de las leyes de desarrollo y la estructura de la psique en estado normal (sin embargo, se encarga) de estudiar las leyes de disgregación de la actividad psíquica y las propiedades de la personalidad y sus diferentes trastornos, comparándolas con las leyes de formación y desarrollo de los procesos psíquicos como norma y termina por estudiar la regularidad en las alteraciones de la actividad reflectora del cerebro”.
Acudiendo a una síntesis, la psicopatología se encargará de realizar el estudio y análisis de los comportamientos desviados realizados por un individuo, prosiguiendo con la comparación de la fragmentación de su actividad psíquica y las propiedades de la personalidad; continuando con la observación y experimentación científica de la fenomenología de los trastornos de la conducta y de los diferentes trastornos psicopatológicos de la personalidad de los sujetos.
II. Evolución de la Psicopatología
En 1783 (Moritz) se acuña el término Psicopatología; con él se designa un campo que había sido transmitido por religiosos, hechiceros y filósofos. Los límites del término alcanzan hasta sucesivas generaciones de médicos del siglo XIX que lo toman a cargo bajo la denominación de psiquiatría clínica; posteriormente es asimilada a términos bajo la expresión de psicopatología general (Emminghaus, 1878). Ya, en la actualidad, podemos decir que la psicopatología sustenta la base de la psicología clínica y de la psiquiatría aplicada al ámbito de la salud mental y a todos los tipos de trastornos psicopatológicos.
También el campo psicopatológico es un camino donde se cruza el psicoanálisis, tanto más en la medida en que este se precipita a finales del siglo XIX; surgen muchas voces alrededor del término de la psicopatología desde el psicoanálisis. Así, por ejemplo, Cahn postula que la psicopatología es el terreno originario y fundamental del pensamiento psicoanalítico. En cambio, otras voces (Casanova, 1998) señalan la ausencia de campos de intersección entre ambos.
El reconocimiento de la psicopatología y de los principales trastornos psicológicos se precipita con Jaspers (1913) mediante su Psicopatología General; en ella establece la diferenciación entre la psiquiatría como profesión práctica de cuidado, vigilancia, tratamiento y peritaje sobre casos individuales; la psicología como estudio de la vida psíquica normal y, finalmente, la psicopatología como ciencia del acontecimiento psíquico patológico.
El auspicio de la psicopatología general y los diferentes tipos de trastornos psicóticos como disciplina independiente llega hasta la actualidad, ciertamente también con sus detractores.
Así, tenemos a Monedero (1996) que denuncia que la Psicopatología “se ha visto alienada en la Psiquiatría desde sus comienzos” al inscribirse bajo el nombre de psiquiatría general en los manuales de esta especialización de la Medicina. Una querella parecida se precipitó entre los psicólogos en Estado Unidos, que serían responsables de la alienación de la psicopatología en su inscripción titulada psicología anormal. De esta forma, la psicopatología habría sido reducida a un mero contenido de una rama disciplinar, cuando debería mantenerse como una ciencia autónoma.
En cambio, Tizón (1978) hace una lectura donde postula que el drama de la psicopatología, una vez más desde Jaspers, ha consistido en tener una dirección independiente de la psicología, aun manteniendo su ubicación como una de sus ramas. Tizón reubica la psicopatología como especialidad de la psicología, brindando credenciales de cientificidad.
Condiciones de la psicopatología
La psicopatología se debate entre tres condiciones posibles:
1. Una psicopatología psiquiátrica cuyo contenido interdisciplinar parte de la especialidad médica y atiende los diferentes trastornos psicóticos agudos y transitorios.
2. Una psicopatología psicológica. La convierte en una rama de la psicología, junto a la psicología clínica y otras especializaciones.
3. Una psicopatología sin adjetivo, una psicopatología general. En este caso, se trata de una disciplina autónoma frente a la psicología y la medicina, aunque permanece el vínculo con ellas.
Estos posicionamientos serán válidos para abordar la vinculación entre psicoanálisis y psicopatología, no antes sin abrir algunas cuestiones que se suscitan tales como el estatus de la psicopatología en relación a la ciencia del inconsciente, o si acaso podríamos ubicar que dentro de la especialidad psicoanalítica hubiese contenidos de una psicopatología psicoanalítica, o que acaso sean disciplinas autónomas que se cruzan en determinados momentos.
La comprensión de la psicopatología es solo el primer paso en el amplio campo de la psicología clínica. En nuestro próximo artículo, profundizaremos en los diversos modelos de psicopatología y cómo estos enfoques teóricos se aplican específicamente a la adolescencia, una etapa crucial y desafiante en el desarrollo psicológico. Podrás leerlo aquí