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que es la fiebre psicogena

Qué es la fiebre psicógena y cómo tratarla

Contenido del artículo:

  1. Introducción. Enfermedad psicosomática.
  2. La fiebre psicógena
  3. Síntomas de la fiebre emocional
  4. La emoción
  5. Enfermedades psicogénicas

I. Introducción. Enfermedad psicosomática

Este término hace su aparición en el entorno médico en 1992. En el hospital Universitario de Leiden en Bélgica se informa de un sujeto que está afectado de una fiebre episódica durante un periodo largo, más de trece años, sin que se motive la causa. Los fármacos antipiréticos no tienen el efecto deseado y se pasa a utilizar medicamentos relajantes y psicotrópicos; el síntoma remitió y fue tomado la fiebre como un síntoma psicosomático.

Una definición de enfermedad psicosomática es la que avanza que nos encontramos ante un trastorno orgánico con la característica de que la distinción fisiológica es demostrable; se presentan ligados a la estructura de personalidad del sujeto, articuladas a las circunstancias de su existencia, en definitiva, de su historia. Conviene añadir que se encuentra en conexión con situaciones de estrés que devienen del propio interior del aparato psíquico o de su entorno exterior.

II. La fiebre psicógena

En primer lugar, abordamos el término psicógeno, que es un adjetivo que designa aquello cuya causa tiene un origen psíquico o psicológico. Etimológicamente se descompone en psico y génesis. Psicógeno se aplica especialmente a los trastornos psíquicos, donde habitualmente se presentan en oposición a lo que tiene un origen biológico (trastorno orgánico).

La fiebre psicógena, o emocional, es una condición que produce el efecto de elevar la temperatura del sujeto ante una situación de estrés; el sujeto puede sentir calor intenso, sudoración excesiva y dolor de cabeza. Esta condición se puede desplegar en sujetos con ansiedad generalizada, trastornos de la personalidad, enfermedades psicosomáticas, como la fibromialgia y también en niños por cambios de carácter adaptativo.

El diagnóstico de la fiebre emocional no es fácil de encontrar, sin embargo, puede ser realizado por un médico general, neurólogo o psiquiatra, a través de la historia clínica de la persona y la realización de exámenes que sirven para descartar otras enfermedades

III. Síntomas de la fiebre emocional

La fiebre psicógena es provocada por el estrés y lleva a la elevación de la temperatura del cuerpo, llegando a un valor por encima de 37°; otros síntomas que se pueden precipitar son:

  • Sensación de calor intenso
  • Enrojecimiento en el rostro
  • Sudor excesivo
  • Fatiga
  • Dolor de cabeza
  • Insomnio

Estos síntomas puede que no aparezcan al mismo tiempo, sin embargo, si surgen y duran por más de 48 horas, se recomienda acudir al médico rápidamente para verificar las causas, que muchas veces, pueden indicar otros tipos de enfermedades, como infecciones o inflamaciones.

IV. La emoción

La idea de que la mente interviene en el cuerpo siempre ha estado presente, tanto en la medicina como en la psicología. Los trabajos sobre la histeria fueron la precipitación con más evidencia que muestra que la mente es capaz de esta afectación al poder representar todo tipo de enfermedad y ser originada por causas psicológicas, y, a la vez, eliminadas del mismo modo.

Todas las escuelas contemporáneas coinciden en que lo psíquico influye sobre lo corporal y al definir aquello que afecta al cuerpo alcanzamos la palabra emoción; esta como su destino y el camino intermedio son investigados por las diferentes corrientes psicosomáticas.

Cuando abordamos la emoción podemos distinguir 3 aspectos:

  • Afecto (aspecto subjetivo vivido por el sujeto).
  • Procesos bioquímicos y neuroendocrinos (aspecto fisiológico).
  • Expresión del afecto (llanto, ruborización).

V. Enfermedades psicogénicas

Proponemos optar por la siguiente clasificación sencilla sobre los malestares psicogénicos

Trastornos histéricos

Los trastornos histéricos se precipitan al albor de la utilización del mecanismo de la represión, cuya misión es excluir de la conciencia lo intolerable para el individuo depositándolo en la representación del cuerpo afectando el funcionamiento de la persona con síntomas como parálisis, cegueras, fiebre, etc. Los síntomas siempre tienen el valor de representar algo para el paciente.

Neurosis vegetativas

En ellas, su característica es que existe daño orgánico; se trata de una expresión física de una emoción; otra de sus características es que no pueden ser descargadas por vía directa ni aún con la formación de un síntoma histérico; esto convoca a que la estimulación crónica de órganos o sistemas puede precipitar un daño físico.

Anteriormente la distinción entre enfermedades histéricas y neurosis vegetativas, que ahora serían consideradas enfermedades psicosomáticas estaba basada en la evidencia o no de daño orgánico, si existía queja, pero sin daño orgánico, se consideraba enfermedad psicológica o funcional, cuando existe daño orgánico y posibilidades de origen psicológico se habla de enfermedad psicosomática.

VI. La fiebre exógena como síntoma

El elemento que hay que diferenciar en la fiebre exógena es que se trata de un síntoma, que además se inscribe de lo que denominamos trastornos psicosomáticos. Pero la fiebre no es una enfermedad, ni un trastorno, ni un síndrome; es eso, un síntoma, una producción subjetiva del individuo.

El síntoma es una señal, un mensaje, un signo. La Semiótica señala que el signo, que todo significante se dirige siempre a un significado. Esto nos dirige a pensar que
el síntoma no es el problema, sin duda no es una enfermedad.

El síntoma no es el enemigo a batir. El síntoma se convierte en un valioso auxiliar, indicándonos que detrás de él, se agazapa un conflicto afectivo que el sujeto no puede soportar, que le produce un malestar consciente que le dificulta la convivencia y el hacer con la vida.

El síntoma será un aliado en la medida en que sea escuchado y precipite una investigación pormenorizada de aquello que se precipita en el mensaje que dicta. Si esto adquiere importancia es en tanto no conviene confundir el síntoma con el problema, tantas veces realizado por las terapias cognitivas conductuales, ya que si se eliminamos el síntoma, la propia naturaleza generará otro, para que siga escuchándose aquello que aún no se ha leído, no ha llegado a su receptor, señalando persistentemente el mensaje de que hay problemas a solucionar, a dar otra salida, y si no se atiende, el síntoma se va a hacer persistente hasta que el sujeto se dé por avisado y enterado que le podrá llevar a la valentía de pedir ayuda para abordar esa problemática que insiste.

Intervención terapéutica

Ciertamente, esto nos lleva al lugar de la intervención con el paciente, que nos invitará a hacer un recorrido con él en la investigación sobre la función y el lugar que tiene dicho síntoma en la personalidad del sujeto. Diremos que si un sujeto tiene la capacidad de ponerle nombre, palabras, a ese sufrimiento que se ubica en el cuerpo está proporcionando una salida distinta, ya no estará en el circuito del cuerpo sino que saldrá por su boca al exterior. Esto parece fácil, en cambio llevará su tiempo y la tarea no es no simple ni sencilla, es terapia.

Para profundizar más…

En este artículo hemos tratado la fiebre emocional, sus causas, síntomas y tratamiento, pero si quieres saber más sobre este tipo de trastornos, en Isfap disponemos del Curso Experto en Desarrollos Psicoanalíticos

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