La psicoterapia para adultos está llamada a abordar todas las psicopatologías mentales, la prevención de las enfermedades y los trastornos mentales, incluyendo la mejora de la calidad de vida y del bienestar personal y social.
El síntoma es la precipitación que hace que un sujeto consulte por el malestar que le acontece. Es la puerta de entrada que nos llamará a establecer el vínculo que tiene con la estructura psicológica del sujeto que, en definitiva, es la causa que origina el síntoma desde su forma de relacionarse con el mundo.
Los síntomas pueden ubicarse en más de una estructura psicológica; un sujeto inscrito en una estructura neurótica puede delirar, y en cambio será diferente del delirio psicótico; o la depresión en la estructura psicótica no coincidirá con la depresión en la neurosis.
A continuación, señalamos síntomas que emergen y que demandan ser tratados en psicoterapia para adultos; postulamos la inscripción de los síntomas en las diferentes estructuras psicológicas:
- Ansiedad. Si se ubica como pánico nos topamos con la estructura psicótica, La ansiedad se precipita bajo la forma de la obsesión y de la fobia; estas se inscriben bajo la estructura neurótica bajo las modalidades de la obsesión e histeria (la fobia se puede adscribir a cualquiera de estas modalidades de la neurosis).
La ansiedad igualmente puede participar en el trastorno de estrés traumático (TEPT). Al emerger a partir de un evento que se constituye como traumático puede afectar a todas las estructuras psicológicas, aunque fundamentalmente a la neurótica y psicótica. Puede precipitarse en TEPT a partir de un evento de violencia de género, por ejemplo.
- Depresión. Afecta a la estructura neurótica y psicótica. Bajo la primera, puede alcanzar tanto a la obsesión como a la histeria; sin embargo, la propiamente denominada depresión (depresión severa o mayor) es la inscrita bajo la estructura psicótica. El paradigma es la psicosis maníaco-depresiva (trastorno bipolar).
- Alimentación: anorexia, bulimia y obesidad. Estos síntomas se precipitan en la estructura neurótica y psicótica. Si es en la primera, la modalidad histérica; también nos podemos encontrar estos síntomas en la estructura psicótica (el pronóstico empeora). Igualmente, los trastornos de la alimentación se inscriben en patologías de la adicción.
- Adicciones: alcohol y toxicomanía. Estos síntomas pueden ser articulados en las tres estructuras psicológicas.
- Psicosis. Habitualmente más que referirnos a síntomas, hablaremos de fenómenos elementales para señalar a las producciones de delirio, de alucinaciones y de construcción de neologismos. En el interior de las psicosis en adultos habitan la esquizofrenia, la paranoia, psicosis maniaco-depresiva (melancolía), y esquizoparanoide.
- Límite. Las estructuras psicológicas apuntadas son estables y definitivas, existiendo un tipo de personalidad que no son propiamente estructuradas, constituidas a veces de forma duradera, pero con la característica de la precariedad.
Entre las estructuras psicótica y neurótica se sitúa el espacio de los estados límite (Bergeret) donde todo es menos rígido, menos estable estructuralmente, y, por ello, más proclive a cambios; estos estados se atribuyen a un trauma (en el sentido afectivo) acontecido en el inicio del complejo edípico, donde el Yo está llamado al empleo de mecanismos, echando el Yo mano de los mecanismos psicóticos (identificación proyectiva, omnipotencia del objeto). Este espacio entre estructuras (estados límite) corresponde al denominado Trastorno límite de la personalidad.
- Sexualidad. Las precipitaciones sintomatológicas se ubican alrededor de pérdida del deseo, impotencia, frigidez, eyaculación precoz; dificultades en la identidad sexual. Incumbe, fundamentalmente, a las estructuras neurótica y psicótica. En la estructura perversa, relacionado con la sexualidad, se ubican las siguientes precipitaciones:
Voyeurismo/exhibicionismo. Sadismo/masoquismo. Si un sujeto consulta es porque pueden existir elementos neuróticos en ellos que en un momento dado se desequilibren y produzcan un malestar; con ello, indicamos que la consulta para la intervención terapéutica no vendrá por estas producciones como tal, para los sujetos inscritos en esta estructura no supone una dificultad en sí.
Existen otros muchos problemas que se tratan en una psicoterapia para adultos, y que son motivo de consulta. Son demandas de tratamiento todas las dificultades psicológicas que producen malestar, disfunciones y sufrimiento en la vida de las personas. Señalamos algunos de ellos a continuación:
- Conflictos con la pareja, o a nivel familiar (hijos)
- Relaciones con los otros
- Dificultades a nivel laboral o académico. Acoso laboral, sexual
- Enfrentar un duelo, o fracaso en el mismo. Ruptura de pareja, pérdida de un familiar, pérdida de trabajo, etc.
- Pérdida de la subjetividad
- Agresividad, ira, violencia
- Problemáticas del sueño
- Problemas adaptativos (ante situaciones conocidas o nuevas)
- Elaboración psicológica en situaciones de abusos
Una de las primeras intervenciones ante estas demandas de intervención será ubicarlas bajo la preponderancia de la estructura psicológica correspondiente, porque nos ayudará a entender el trayecto de vida del sujeto, desde la infancia hasta la actualidad, para desembocar en el motivo de consulta.
Tratamiento para psicoterapia en adultos
Para ello es preciso manejar profundamente el funcionamiento del psiquismo, el cual permitirá adaptar la técnica e instrumentos al sujeto que se halla inscrito en una estructura psicológica.
Esta forma de intervención asegura que el tratamiento sea individual para un sujeto concreto, no siendo válido para otro que pueda presentar malestares o problemas psicológicos similares; aquí queda marcado la importancia de la concepción de sujeto y su subjetividad.
El trayecto de vida, su forma de relacionarse con el mundo, su infancia, es tan particular en cada sujeto y caso que no puede ser generalizado como tratamiento general.
Por otra parte, las orientaciones psicológicas proponen intervenciones diferentes ajustadas a su concepción del ser humano; concepciones que van desde la intervención con el mismo método para todos aquellos que presenten el mismo síntoma, donde no se valora la relación del sujeto con el mundo (infancia, adolescencia, relaciones, etc.), y otras concepciones donde, como decíamos, tomamos al sujeto como ser original, único, que demanda ser escuchado en su intimidad, donde el síntoma es una creación propia de dicho sujeto, por lo cual la intervención que podamos hacer es solo para él, ayudándole a que sea capaz de inventar algo diferente con aquello que le aqueja.
¿Cuáles son los problemas que se tratan en la psicoterapia para adultos?
Si estás interesado en conocer cuáles son los problemas a trabajar en la psicoterapia para adultos, en Isfap hemos preparado un artículo donde los explicamos detalladamente.
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