1. Introducción
Karen Machover es la autora del test de la figura humana; psicóloga estadounidense nacida en Minsk (Bielorusia), llegó a Estados Unidos en 1910 con su madre y cuatro hermanas. Trabajó en el Bellevue Hospital y luego en el Kings County Hospital. También mantuvo una práctica privada como psicoterapeuta a mediados de los 80. Además, fue profesora en el Brooklyn College, Suny Downstate Medical Center de Brooklyn y la Universidad de Nueva York, de la que había recibido su título de maestría en psicología.
El test de la Figura Humana fue elaborado en 1949, utilizándolo para la exploración de la personalidad. Por medio del cuerpo se manifiesta lo que se es y aquello que se quiere ser en lo más profundo del ser.
El análisis de los dibujos y su interpretación al igual que las técnicas proyectivas requieren que el psicólogo posea un manejo de la dinámica de la personalidad. La experiencia y la práctica clínica contribuyen a profundizar en su análisis e interpretación.
Los dibujos de la figura humana permiten seguir una dirección respecto del examen diagnóstico. Articulado a otras técnicas de estudio de la personalidad, proporcionará una concepción sólida y rica en contenido de la personalidad.
2. Análisis e Interpretación de la figura humana
No pretendemos, por razón de espacio, señalar todos los aspectos de la figura humana aptos para su interpretación. Haremos referencia a aspectos generales.
En general, diremos que la expresión más patológica es la transparencia. Desvela el pensamiento ideoplástico y concreto de una mentalidad infantil y regresiva. Puede corresponder a una estructura psicótica.
Los elementos a ser interpretados son los rasgos estructurales: el tamaño de la figura, la intensidad del trazado, el detalle y acabado, la simetría, la presencia de un eje central, la perspectiva, proporciones, sombreado, refuerzos, tachaduras y borrones, colocación de la figura sobre el papel, tema, posición o actitud de la figura, fondo, exactitud, etc.
La misma importancia tiene el contenido del dibujo. En él se incluyen todas y cada una de las partes del cuerpo, vestidos y accesorios, interpretados funcionalmente, así como la expresión facial y postural de la figura.
2.1. La Cabeza
La cabeza y las facciones del rostro manifiestan responsabilidad y necesidades sociales. La cabeza recoge las aspiraciones intelectuales, el control racional y acoge las idealizaciones y fantasías de la personalidad. Hay autores que indican que es el verdadero “locus” del “sí mismo.
Una cabeza con detalles, sin alcanzar a ser muy pormenorizado el dibujo, indica una adaptación normal, sana y equilibrada.
Los ojos pertenecen a la comunicación social; los grandes absorben el mundo y sin están cerrados se exilian de él. Las orejas bien proporcionadas señalan un correcto equilibrio corporal y buen sentido de la economía. La nariz acoge un simbolismo de carácter sexual; expresa en los varones conflictos sexuales. El cabello también se desempeña como marca de simbolismo sexual. La Boca es una zona erógena; se asocia habitualmente con dificultades de alimentación, trastornos del lenguaje, lenguaje obsceno, alcoholismo, gula y verbalizaciones sádicas. Las cejas tienen una significación que debe de ser interpretadas relacionadas con los aspectos globales de los dibujos; Puede tener la misma significación que el pelo en referencia a la energía y potencia libidinal. El mentón está relacionado con la fortaleza del carácter.
La Frente, según algunos fisiólogos y antropólogos, podría relacionarse con el desarrollo de algunas facultades mentales.
2.2. El cuello
Tiene una posición estratégica en el cuerpo. Representa un acceso entre el cuerpo, cargado de impulsos, y las funciones racionalizadoras, integradoras y sublimadoras representadas por la cabeza. El cuello es una determinación en la que con frecuencia se expresan conflictos; queda alcanzado como expresión de impulsos de fellatio, estrangulación y también de dificultades asmáticas.
2.3. El Tronco
En él se ubican las fuerzas pulsionales (Ello), es, en definitiva, el reservorio pulsional de la personalidad. En él se depositan las pulsiones, necesidades y tendencias desarrolladas.
Los hombros son los órganos ejecutores del pensamiento; el grado de masculinidad o feminidad se pone en juego a partir del tamaño y la forma. El pecho y los senos señalan el nivel de fortaleza física; en el caso de los dibujos femenino, los senos están vinculados con el alimento, la ternura, seguridad, protección y el erotismo.
2.4. Extremidades
Las caderas son un indicativo del grado de tendencia acerca de la masculinidad o feminidad. Los brazos y las manos son los órganos que utilizamos para actuar que acompañan a las palabras y expresar, mediante gestos, nuestros deseos y afectos; son el instrumento nuclear de nuestra personalidad externa. Las piernas y los pies son los órganos de los que nos podemos valer para nuestros desplazamientos y aproximaciones a los objetos y a las personas de nuestro entorno. El dibujo de estas partes expresa el modo como cada sujeto se \”mueve\” en relación a su ambiente, bien para realizar sus necesidades o de otro tipo.
2.5. Tamaño
El tamaño de la figura nos indica acerca de la estimación real del sujeto dibujante. Las figuras altas y erguidas refieren a ser un indicador de confianza en sí mismo, en el propio valer y en la situación social y profesional.
2.6. Accesorios
Vestimenta. Representa la apariencia de lo que un sujeto dibujante quiere dar a entender sobre sí a los demás. Los conflictos que se puedan expresar son menos profundos que los que se expresan en el propio cuerpo.
Los cinturones demarcan el área sexual. Botones y bolsillos expresan dependencia de la madre. Pipas, cigarrillos y armas de fuego se consideran símbolos sexuales; en el caso de significarse de forma muy recalcada postulan una preocupación sexual activa.
2.7. Medio ambiente
Nieve, lluvia, nubes, indican una tendencia a la ansiedad; también pueden señalar dolencias psicosomáticas, o agresividad latente contra la propia persona.
3. Síndromes patológicos
A continuación, presentamos las conclusiones de autores que han trabajado en el campo clínico acerca de los síndromes patológicos derivados de la prueba grafica del dibujo de la figura humana: (K. Machover, E. Koppitz, E.F. Hammer, J.H. Di Leo, L. Corman, Ada Abraham, L. Caligor, y Romano):
- Aquellas producciones gráficas pobremente integradas o con múltiples fracasos en el intento de estructuración.
- Los sombreados en el cuerpo y extremidades de la figura, seguidos de desorganización, roturas, suciedad o falta de coherencia en la organización y en los movimientos; por ejemplo, los pies orientados en una dirección y el cuerpo en otra o los ojos con estrabismo muy pronunciado rasgos del rostro fuera de su lugar correspondiente o amontados unos sobre otros; desproporciones excesivas en lo órganos de la cabeza: ojos, nariz, boca, orejas, o en la parte del tronco (hombros) o de alguna otra parte del cuerpo.
- Falta de perspectiva o del tamaño de las partes de las figuras; ubicaciones extrañas en el espacio gráfico con total falta de lógica; Falta de conexión de las diversas partes del cuerpo.
- Figuras empequeñecidas o también inclinadas; figuración extraña o siniestra de las figuras; rigidez en las posturas de las figuras; figuras grandes en exceso.
- Ausencia de los rasgos de la cara, del cuello, de las manos, de los pies, etc.; Figuras con trajes acorazados o con escudos y en actitud defensiva; aislamiento de las figuras por medio de líneas verticales.
- Dibujos con un exceso meticuloso en detalles; control obsesivo con incidencia neurótica o psicótica (el elemento indicativo será la rigidez).
- La imprevisión compulsiva e ilógica de figuras que se dibujan sobre el espacio gráfico sin sentido de las proporciones, dando a lugar a la no existencia de espacio para finalizar su producción, finalizando los dibujos cortados por la cabeza, o los brazos o los pies.
- Figuras humanas exhibiendo los dientes en forma agresiva y amenazante; las manos pueden realizarse en forma de garfios o los dedos de forma muy puntiaguda.
- Dibujos cuyas figuras son grandes y vacías.
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