I. Neurociencia
En los últimos treinta años del siglo XX se precipita el término neurociencia. Hace referencia al estudio de la estructura y funcionamiento del sistema nervioso. Ya a finales del siglo XIX, Ramón y Cajal propone la teoría neuronal; en ella, postula dos fuentes de análisis relacionadas con la investigación de este tipo de funcionamiento.
La primera se dirige al estudio de la identificación, descripción y explicación de los mecanismos químicos, físicos y biológicos que se dan cita en la activación neuronal; y la segunda se empeña en comprender la manera en cómo los sistemas neuronales influyen en los aspectos cognitivos, afectivos y conductuales.
La neurociencia postula que la conducta se produce por la actividad del sistema nervioso, más allá de su nivel de complejidad o de objetividad. Así, tareas como pensar, estudiar, leer o pasear se producen por la influencia de la activación cerebral. Por ello, si existiese algún cambio o deterioro que se produzca, el sistema nervioso entonces ejercerá una determinación directa en la conducta del sujeto. Esta propuesta se ha comprobado en sujetos con lesión orgánica cerebral, traumatismos o consumo de sustancias tóxicas; todas ellas ocasionan alteraciones importantes en los procesos mentales, emocionales y de comportamiento.
También sabemos que la genética determina parte de la estructura del sistema nervioso en el proceso de existencia de un sujeto y que, además, por circunstancias como accidentes lesivos, alteraciones, experiencias de vida, esta programación puede transitar por modificaciones asociadas a los principios y leyes del aprendizaje y de la conducta, cuestión que ayuda a articular que la configuración de la corteza se vincula a elementos como el factor genético, el entorno o la experiencia.
Las neurociencias se expandieron a diversos ámbitos, desde el económico al comercial, pasando por el administrativo y el empresarial, dejando significativas aportaciones en estos campos de intervención del ser humano.
II. Neuropsicología
Es una rama de la Neurociencia que se dedica a estudiar las relaciones entre el cerebro y la conducta. Incumbe a sujetos normales y a aquellos que han sufrido una lesión cerebral. Su objeto de estudio es el cerebro y su articulación al comportamiento humano.
La neuropsicología estudia las bases neuroanatómicas en relación a los procesos mentales; así, se enfoca en procesos como la atención, la memoria, el lenguaje, la percepción, las praxias, las funciones ejecutivas y la emoción.
Acerquémonos a la figura del neuropsicólogo. Es, ciertamente, un psicólogo que se ha especializado en la evaluación y tratamiento de las condiciones asociadas al sistema nervioso central. Se ha formado en las áreas de neuroanatomía, rehabilitación, de evaluación y de enfermedades neurológicas.
Realiza una evaluación de las capacidades cognitivas (atención, lenguaje, memoria, percepción, praxias, funciones ejecutivas y emoción) y los componentes que hay dentro de ellas. Esta operativa le permite acceder al conocimiento de los aspectos concretos que fallan o se precipitan inadecuadamente, y, por el contrario, aquellos que funcionan correctamente. El objeto es plantear un programa de rehabilitación para proponer mejoras en aquellas funciones que están dañadas o quizá no se hayan desarrollado a los niveles esperables para la edad de sujeto en cuestión.
Destacamos a Luria, un clásico, iniciador de esta rama de la neurociencia. Llevó a cabo experimentos para comprobar las posibles afectaciones en algunos procesos cognitivos como la memoria y la atención, en los que intervenía la activación del sistema nervioso. Luria plantea que los procesos psicológicos son exclusivos de la actividad cerebral del ser humano; en cambio, el desarrollo y funcionamiento adecuado del cerebro va a estar estrechamente vinculado a la inserción del sujeto en la cultura, esto es, del modo de vida que se estructura en los diferentes grupos sociales que se desarrollan durante algunas generaciones, y que también están sujetos a cambios (véase a Freud en el malestar en la cultura). El individuo expande conexiones neuronales en relación al medio en el que se desarrolla, adaptándose, pues, al contexto.
Las neurociencias en el campo de la salud mental han contribuido significativamente a la valoración de la incidencia de la actividad cerebral en la ejecución de procesos cognitivos y funciones ejecutivas. Miyake propone tres funciones:
- El control inhibitorio
- La actualización de la memoria de trabajo
- La flexibilidad cognitiva
Lo fundamental es que para que se pueda dar una continuidad entre el comportamiento y los fines que se propone el ser humano, las funciones ejecutivas inhiban el funcionamiento errático.
Elliott postula que la participación de las funciones ejecutivas en actividades de resolución de problemas, modificación del comportamiento por la captación de información nueva e implementación de estrategias, es la que sostiene que el sujeto sus metas de forma exitosa.
Es indudable la aportación de la neuropsicología en el campo de la investigación, en las actividades llevadas a cabo con pacientes con alteraciones neurológicas y sin que las padezcan. También hay que resaltar la importancia que ha tenido en sus relaciones con otras ciencias, tales como la neuroimagen y la psicología cognitiva.
La neuroimagen alcanza a dar con la localización de las posibles lesiones cerebrales; facilita conocer con concreción de la ubicación de la lesión, permitiendo acceder al conocimiento de la causa de la disminución o pérdida del funcionamiento de algún proceso cognitivo o afectivo que en un sujeto dado pueda darse. Y la psicología cognitiva tiene como objeto el funcionamiento y desarrollo de los procesos mentales, auxiliando en la implementación de prescripciones que favorezcan al mejoramiento y rehabilitación de estos sujetos.
La evaluación neuropsicológica se procesa en tres momentos:
- La recopilación de información sobre las condiciones cognitivas del paciente. Los instrumentos utilizados son la entrevista, la observación clínica y escalas pertinentes al motivo de consulta.
- Segundo momento: se continúa con la valoración cualitativa de las capacidades para reconocer la información, objetos o también personas adquiridas mediante los sentidos (gnosias) y con las habilidades motoras que se tienen (praxias)
- El tercer momento que le sigue es la aplicación de baterías de test, elegidas por aquel que realiza la evaluación con el fin de acercarnos a estado general cognitivo del sujeto
En su inicio, la neuropsicología se dirigió a la evaluación y diagnóstico de las patologías psicológicas; debido a lo cual se especializó para detectar las alteraciones neurológicas que ejercen eficacia en los procesos psíquicos.
Posteriormente, se añadieron estrategias de rehabilitación neuropsicológicas, que tiene como objeto mejorar las posibilidades de adaptación del sujeto en su vida cotidiana, tanto en el contexto familiar, social, laboral y formativo.
Los ámbitos más habituales de rehabilitación son el daño cerebral adquirido, las demencias, las enfermedades neurogenerativas, las dificultades del aprendizaje. No nos olvidemos de la importancia de la investigación ya que nos aporta las pruebas para poder seguir mejorando en los tratamientos.
En definitiva, la neuropsicología se centra en compensar, sustituir, restaurar y activar/estimular las funciones cognitivas y ejecutivas.
III. Psicoanálisis
Vamos a introducir algunos elementos que permitan al lector a ubicarse rápidamente sobre la teoría psicoanalítica y sus aportaciones a la clínica psicológica en el malestar y sufrimiento de las personas.
El psicoanálisis estudia el funcionamiento del psiquismo del ser humano; su teoría se ha sostenido y fundamentado a partir de los casos clínicos. Se ha desarrollado donde la teoría y la praxis se han articulado a partir del estudio de casos, resultando una técnica eficaz para el tratamiento del malestar psicológico.
La técnica permite investigar la relación entre el mundo interno del sujeto con el medio en el que se desarrolla, la forma en la que las experiencias vividas subjetivamente del pasado están presentes en la actualidad; además de la relación que tienen los fenómenos psíquicos sobre el cuerpo biológico, en la medida en que los síntomas son el resultado de lo que no se ha logrado simbolizar o ponerle un nombre.
Las relaciones tempranas, el apego, las relaciones con los padres son en definitiva las bases para la creación de los vínculos sociales y de la configuración narcisista del individuo. Sigmund Freud plantea que el recién nacido no tiene una capacidad de dar respuesta a sus necesidades tanto biológicas como afectivas, precisa de un otro que cumpla este papel fundamental. Este otro (Otro para Lacan) responderá a sus demandas, haciendo un giro estructural, cambiar la necesidad del infans por la demanda a través del lenguaje, ya que dicha necesidad será interpretada por este otro (la madre). Así, los padres depositarán en el infante ideales, deseos que conformarán a este ser nacido para la subjetividad. Permitirá más adelante al infante entrar en el ámbito adolescente con los logros alcanzados en la infancia y que se pondrán en juego en esta etapa fundamental para armar su identidad.
Freud enuncia la relevancia que tienen las vivencias en la infancia. Parte de la imposibilidad que tiene el ser humano inicialmente para significar y simbolizar las situaciones que enfrenta, fundamentalmente a partir del mundo interno representado por las mociones pulsionales. Estas, son reprimidas en función de la imposibilidad del mundo consciente del Yo de asumirlas o incapaz de darles un destino autorizado por la censura psíquica, preparando posteriormente el retorno de lo reprimido, y la precipitación del síntoma (Segunda tópica freudiana).
El aporte fundamentalmente significativo de Freud, además de la introducción de la sexualidad infantil y de sacar a la superficie la represión de la sexualidad de la mujer, es su teoría pulsional, concretamente en lo concerniente a su último posicionamiento de las pulsiones: las de vida versus las pulsiones de muerte, articuladas a partir de su trabajo en Más allá del principio del placer. En última instancia, una de las lecturas posibles es referida a que la única pulsión existente es la de la muerte.
Lacan, psiquiatra y psicoanalista francés, sigue los postulados de Freud desde una lectura reflexiva acerca de los descubrimientos freudianos. Establece que el inconsciente está estructurado como un lenguaje, introduce la relación con el Otro y el reservorio significante; articula el concepto de goce, diferenciándolo del placer y sostiene el fantasma como la relación del sujeto con su objeto privilegiado e introduce lo real del cuerpo.
El psicoanalista establece la dirección de la cura bajo tres ejes: transferencia, interpretación y deseo. En la práctica clínica, desde las entrevistas iniciales, la tarea del analista es conducir al paciente a que pueda conocer sus formas de goce para que las pueda enfrentar y pueda tomar opción por formulaciones orientadas al deseo.
IV. Neuropsicoanálisis
La Sociedad Internacional de Neuropsicoanálisis se fundó en el año 2000. Participó el Centro Anna Freud en Londres y Mark Solms (psicoanalista y neuropsicólogo) y Jaak Panksepp (neurocientífico), copresidentes ahora de la sociedad. La sociedad explora diferentes campos de convergencias entre el psicoanálisis y las neurociencias, con un interés especial en la cuestión de las emociones.
Su objeto era comprender el funcionamiento psíquico y los trastornos neurológicos a partir de la fundamentación de las neurociencias y del psicoanálisis.
Freud en sus inicios aplicó ciertos elementos médicos-neurológicos que le fueron útiles en el estudio de casos. Así, le permitió detectar las alteraciones en el lenguaje que provoca afasias; fue diferente en el caso de las neurosis ya que no existían lesiones cerebrales asociadas.
Desde siempre intentó atrapar la estructura y las funciones de la mente humana, que, por otra parte, siempre pensó que eran afines a la estructura y funciones del cerebro humano. Pero también, rápidamente se percató de que las ciencias de su época no tenían instrumentos ni técnicas para esta tarea (recordar cuantas veces Freud utilizaba frases en las que depositaba esperanzas en que en el futuro los avances científicos allanarían las dificultades para la curación de los trastornos mentales).
La principal herramienta neurocientífica disponible en la época de Freud era el método clínicoanatómico; se basaba en la investigación psicológica de pacientes que tenían lesiones cerebrales focales. Mediante este procedimiento, se intenta comprender cómo diversas funciones de la mente pueden ser alteradas por lesiones en distintas partes del cerebro. Este era el único método para el estudio de la relación mente-cerebro.
En cambio, Freud consideró el método clínico-anatómico poco adecuado para sus fines, a pesar de haber hecho uso de él antes de entrar en el periodo ya puramente psicoanalítico. En su texto sobre la Afasia, Freud se apartó del método clínico-anatómico: reconoció que la mente es dinámica, que no está conectada entre sí por módulos estáticos, sino que la mente estaba compuesta por procesos análogos y dinámicos. Además, observó que la mente era algo mucho más que la conciencia, que existía otra estructura vasta en extensión que estaba llamada a ser investigada (el inconsciente).
A partir de estas observaciones, Freud propuso desarrollar el psicoanálisis como método, y derivar de dicho método una teoría, que se convirtió en terapia y que a la postre permitiría a la ciencia investigar y comprender la naturaleza dinámica y la estructura inconsciente de la mente. Este método estaba libre de las restricciones neurocientíficas.
Dirigiendo ahora la mirada hacia la neurociencia, podemos señalar que en la actualidad parecen que tenemos a nuestra disposición métodos que permiten estudiar la naturaleza dinámica de la mente e identificar la organización neuronal de su subestructura inconsciente.
Ciertamente, estos métodos tienen sus limitaciones. Y estamos a un paso de plantearnos de si es factible considerar posible atrapar las bases neurológicas de la estructura y funciones de la mente, con los métodos neurocientíficos disponibles.
El concepto de neuropsicoanálisis implica, por una parte, la asociación entre las ciencias que sustentan su base teórica, y, por otra, genera la posibilidad de relacionar profesionales e investigadores de ambas formaciones dedicados a la investigación sobre la mente humana. Es una proposición que puede precipitar importantes avances sobre la detección y abordaje de los diferentes tipos de malestar psicológico.
También hay que tener en cuenta que esta asociación es un propósito complejo porque se pueden mezclar argumentos epistémicos, teóricos y clínicos propios de la neuropsicología o del psicoanálisis.
El trabajo con lesiones cerebrales ha sido la línea de desarrollo inicial y, por así decirlo el paso fundante del llamado neuropsicoanálisis. Estos trabajos permiten el acceso a la experiencia subjetiva del paciente (neurológico) de la misma forma en que el psicoanálisis recolecta información sobre pacientes psiquiátricos (o normales).
El neuropsicoanálisis se centra en analizar minuciosamente la estructura psicológica interna de los diferentes cambios en los campos de la personalidad, de la motivación, y de las emociones complejas que concurren, después de un daño en las diferentes estructuras cerebrales (Kaplan y Solms). El punto central es que el sujeto pueda comprender la lesión que presenta, y qué cosas determinará ésta, para así construir una metapsicología.
La tendencia es que la psicoterapia se ubique como método utilizado en pacientes con problemas en el funcionamiento cerebral; pueden ser monitoreados, pues el psicoanálisis facilita la apertura hacia el mundo interior del sujeto, y las neurociencias, por su parte, mediante la observación y la utilización de instrumentos como la resonancia magnética, pueden acceder al funcionamiento cerebral.
Algunos dirigen su mirada a la posibilidad de integración del psicoanálisis y las neurociencias. Estos autores indican que “La evidencia recogida por técnicas de neuroimágen, registros electrónicos intracelulares, identificar porciones de la red neuronal y cada acción de la célula relacionada como un específico proceso mental. El psicoanálisis con la observación, entrevista, el método de asociación, la historia del sujeto, las funciones del Yo, proporcionan una comprensión del sujeto” (DelahantyMatuk citando a Meissner).
Tal como lo indican Solms y Turnbull quizá sea más apropiado conceptualizarlo como una conexión entre el psicoanálisis, en general, y las neurociencias. Si quieres más información y formarte en este campo, échale un vistazo a nuestros masters de psicología.
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